En teoría habría tantas formas de ser y estar en el mundo como personas; sin embargo, en la práctica esto no se refleja. Llevado al campo de la expresión de género, manejamos dos unívocas y hegemónicas opciones: ser femeni no o masculino. Frente a esto, reconozco que el arte performático del drag opera como una disciplina disidente de esta idea binaria de gé nero (pre)definido e inmutable. El drag sitúa a la identidad de género en un terreno fluido y difuso donde cada uno puede diseñarla, manifestarla y cambiarla según se desee. Estos Entramados se centran en la proble matización que genera esta práctica al mostrar la hacedera libertad de elegir habitar entre un ser femenino, ser masculino, así como otras formulaciones de ser y todos los matices que hay entre medio, de manera transitoria y mutable