Victoria Rodríguez Cruz participó en la primera edición del festival Art Photo Bcn. Se dedica a la fotografía y la gestión cultural. A partir de 2007 se sumerge de lleno en la fotografía para contar relatos, en una búsqueda de la identidad a través de la investigación de lo cotidiano. Su fotografía es de sugerente estética, de gran carga emocional y un lenguaje poético.
La serie Familia muestra en retratos individuales distintos cuerpos sumergidos. Identificamos el agua por los pliegues flotantes de la ropa, los rostros que contienen la respiración -ojos y boca cerrados, crispados-, la luz refractada. Primero era un juego, después le entró urgencia, necesidad de atrapar, retener, conservar. A medida que el proyecto crecía, afloraron muchos miedos, miedos a la pérdida, al paso del tiempo. Vértigo. A veces las fotos le han devuelto emociones que aún no había afrontado. Ha tenido que parar, reposar, dejar su tiempo para...poder retomarlas.
Recientemente, Victoria ha empezado a intervenir en algunas de sus propias fotografías de la serie Familia a través de la rotura. Acción sobre imagen. Victoria se sentaba a trabajar con los fragmentos rasgados. Jugando con sus fotografías empezó a romperlas y componer de nuevo. La acción en sí le transmite cierto placer. Es como volver a vivir esos momentos y reconstruirlos. Sobre todo lo hace con las fotos de las mujeres de su familia, pero podría hacerlo con todas las mujeres. Habla de la necesidad de revisar las cosas que ha creído, las que ha defendido, las que ha visto y las que no ha sido capaz de ver. En la foto rota y recompuesta no se percibe tanto una agresión -no hay tijera, no hay trituradora- como un relámpago blanco, una cordillera sobre los rostros, un cordón umbilical. Victoria forma parte de la corriente crítica y autocrítica, que siente las brechas abiertas y se propone habitarlas. Necesita romper para volver a construir, necesita revisar para cambiar.
Entrada actualizada el el 20 oct de 2020
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