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Fashion Show. Los desfiles de moda permite al visitante participar en el ambiente del desfile, ponerse vestidos y recorrer el podium de cabo a rabo. Y a partir de esta experiencia, crear su propia visión de un fenómeno que, cada vez más, concentra la atención de millones de personas alrededor del mundo. Se trata de un proyecto singular, nacido en el Musée Galliera, Musée de la Mode de la Ville de ... París, que el Museu Tèxtil i d’Indumentària de Barcelona ha adaptado a sus espacios y ha enriquecido con nuevos elementos. La exposición reúne una gran cantidad de materiales relativos a la historia de los desfiles y a la más reciente actualidad de la moda: programas, vestidos y complementos de la temporada 2005-2006, vídeos e interactivos, y una sofisticada escenografía que permite ver los desfiles desde fuera y desde dentro. Podrán verse los vestidos más actuales de John Galliano para Dior, Kenzo, Paco Rabanne, Jean-Paul Gaultier o Issey Miyake. Además, incluye una sala dedicada a Santa Eulalia, pionera en los desfiles de moda en España. La exposición se podrá visitar del 6 de julio al 28 de octubre.

Gracias, sobre todo, a la televisión, los desfiles de moda se han convertido en un espectáculo planetario. Pero, ¿cómo se ha llegado a crear este gran acontecimiento mediático a partir de los primeros desfiles? ¿Cómo funciona por dentro? ¿Cómo se construye nuestra mirada de espectador? La exposición Fashion Show. Los desfiles de moda nos acerca a este mundo mediante una selección de ciento treinta objetos: vestidos y accesorios de alta costura y prêt-à-porter, fotografías, revistas de moda, vídeos, planos, maquetas, invitaciones y decorados, desde 1880 hasta hoy. Organizada por el Musée Galliera, Musée de la Mode de la Ville de París, ha sido comisariada por Anne Zazzo, conservadora de este museo, y ha contado con una escenografía de Louis Bachelot. Los varios elementos se han adaptado a los espacios de exposición temporal del Museu Tèxtil i d’Indumentària e interaccionan con las piezas de la colección permanente, por afinidad o por contraste, poniendo de manifiesto la relación de los creadores actuales con los diferentes lenguajes y estilos de la moda a lo largo del tiempo.

Con esta exposición se quiere enfrontar al visitante con la doble realidad de la moda, que se manifiesta de lleno en los desfiles. Por un lado, se trata de un espacio de creación, uno de los más activos y renovadores, que forma parte del mundo de la cultura. Por el otro, un espectáculo mediático, fuertemente ritualizado, muy competitivo y elitista. En esta experiencia, el visitante es ora el espectador, ora el modelo, se le invita a jugar un papel, a atravesar los momentos vivos del desfile.

La exposición se compone de cinco espacios: las reglas del juego, el backstage, la aparición, el desfile sin fin y la memoria del desfile.

La exposición se abre con un vídeo que muestra la sala, que se llena progresivamente, donde se va a celebrar un desfile, con una filmación de una colección de Agnès Drecoll (1923), los desfiles de Courrèges y Cardin (1967), el prêt-a-porter de Robert Altman (1995) y un desfile de Christian Lacroix.

En la exposición, el visitante puede adoptar dos puntos de vista de una misma secuencia del desfile: una mirada desde el interior, en el lugar de una modelo, y una mirada desde el exterior, en el lugar del espectador. Este juego de papeles alternados aclara todo el efecto de las puestas en escena del desfile de modos real, sus invenciones, el secreto de su belleza.

Los espectadores que lo deseen podrán experimentar las sensaciones de desfilar y vivir la agitación de los dos momentos más intensos de cualquier desfile: la aparición y el instante en que las modelos llegan al extremo de la pasarela y reciben los flashes de los fotógrafos. Los efectos de luz y de sonido se han trabajado para producir un efecto realista. En la vitrina que corre en paralelo a la gran pasarela se encuentran vestidos y objetos relacionados con la idea de la secuencia sin fin.

En la planta baja, el visitante sigue las etapas de un desfile, en el tiempo y en el espacio: desde el descubrimiento de la invitación hasta el defile a la pasarela, pasando por el backstage. Se pasa revista a la preparación de las modelos, con los maillots color carne que se utilizaban en los desfiles de principios del siglo XXm con maquetas del maquillaje y fotografías. Otro apartado se dedica a los “extremos”: pelucas de colores y vestidos impresos con portadas de la revista Vogue.

Una aportación interesante de Fashion Show. Los desfiles de moda son los vestidos y complementos que ha cedido la diseñadora Miriam Ponsa, que permiten al público la posibilidad de vestirse y experimentar la experiencia de los modelos. De esta modo se ha querido que la exposición fuese aún más participativa e interactiva, y establecer un vínculo con el barrio donde está el Museu Tèxtil i d’Indumentària, que en los últimos años ha acogido los talleres y las tiendas de creadores de moda.

De los vestidos que se presentan en el backstage destacan los de Jum Nakao, Jean-Charles de Castellbajac y Martin Margiela. En la siguiente sala, “la aparición”, se encuentran piezas de Jean-Paul Gaultier, Dries van Noten, John Galliano para Christian Dior y, en la sala del “desfile sin fin”, Paco Rabanne, Issey Miyake y Thierry Mugler, entre otros.

En la exposición permanente del primer y segundo piso, el visitante encontrará sorpresas, vestidos y objetos contemporáneos que dialogan con piezas históricas. Paralelamente, el catálogo de la exposición trata del mundo de los desfiles en París y Barcelona, desde principios del siglo XX.