-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

El artista siempre ha intentado aproximarse al mundo natural, ya sea para transformarlo, investigarlo, dominarlo o comprenderlo, la verdad es que arte + naturaleza han sido eternos aliados. Por más que parezca contradictorio en tiempos de devoción por la tecnología y el avance y crecimiento desmesurado de las grandes ciudades, es inevitable sentir la necesidad por volver a la raíces. Ana Mendieta decía que conectarse con el entorno natural era como volver al útero de su madre de la que había estado obligadamente separada por tantos años. Para ella hacerse una con la tierra era volver al inicio y a su amada Cuba. La naturaleza es el origen de todo y por eso nos sentimos tan atraídos a ella, al poder del agua, la seducción del fuego o la sensación de libertad ante un paisaje infinito.

... style='margin-bottom:0cm;margin-bottom:.0001pt;text-align: justify;text-indent:1.0cm;line-height:normal'> 

En esta muestra se vincula la obra de cuatro artistas, Alexandra Kehayoglou, Florencia Temperley, Andrés Paredes y Agustín Sirai, quienes buscan indagar en esta temática clásica y recurrente del arte universal, satisfaciendo la necesidad por conectarse con el universo que los rodea pero bajo una mirada contemporánea.

En el caso de Alex ella re-visita su historia para aprender el oficio familiar, la confección de tapices y alfombras. Refugiada en una gran fábrica crea paisajes y objetos que se apoderan del espacio y son reminiscencias de los entornos que la rodearon en momentos de felicidad a los largo de su vida. Aquí se puede comprender la importancia del recuerdo y la necesidad de volver al origen para construir el futuro.

Florencia por otro lado realizar de forma manual pequeños escenarios hechos con materiales que provienen directamente de la naturaleza, como hojas, flores y troncos, que habitan en un espacio vacío, creado para albergar los arreglos que ella piensa. Ese entorno funciona como refugio, en donde podemos aislarnos y reflexionar. Florencia quiere que se note la costura de la tela, el hilo de donde cuelga la flor, el accidente. En esos pequeños detalles yace la mano artesana.

En el caso de Andrés la naturaleza fue desde el comienzo una pieza fundamental en su vida, algo que aprendió a conocer de chico, mientras exploraba la flora y fauna que formaba parte de su tierra natal, Misiones. Comprendió como descifrarla y conectarse de una manera profunda y sincera. Hoy eso se traduce en sus obras, hechas en papel, delicadas y meticulosas. Una vez más el artista acude a la obra para referirse a sus orígenes.

En las pinturas de Agustín Sirai se evidencia la ausencia del hombre, si bien hay indicios que demuestran una supuesta existencia. Paisajes suspendidos y objetos perdidos nos hablan de la fusión entre lo natural y lo mundano con elementos propios de la civilización occidental. Son escenarios ambiguos- sin un tiempo o lugar determinado- donde se construye un supuesto relato a través de esas cosas -un delfín nadando en el vacío, una cascada o un billete de diez pesos- que de manera irreal permanecen flotando sin rumbo en un hábitat ajeno al suyo.

El encuentro de estas obras nos invita a contemplar y comprender que a pesar de todo, esa profunda conexión entre el hombre y su entorno aún no se ha perdido. De manera silenciosa cada uno de estos artistas recrea un universo propio, que por más gigantesco o minúsculo que sea, nos permite refugiarnos y conectarnos con el poder y la fortaleza de la naturaleza.