Habla de montañas, de exilios, de travesías artísticas y miradas experimentales. Habla de migración. Habla también del paso del tiempo y de la volatilidad del paisaje, de las huellas que la fotografía deja en la piel de la historia.
El hallazgo de fotografías inéditas de Marcel Giró (Badalona, 1912 – Barcelona, 2011) y Palmira Puig (Tàrrega, 1912 – Barcelona, 1978), aquí expuestas, ha impulsado una revisión de su fondo de obra. La investigación ha desembocado en el descubrimiento de un lazo artístico entre distintos centros fotográficos, de los que Giró fue miembro. Por un lado, el Foto Cine Clube Bandeirante (FCCB) en São Paulo y, por otro, el Centre Excursionista de Catalunya (CEC), dando pie al núcleo conceptual de esta exposición: el espíritu fotoclubista.
Fenómeno internacional surgido a finales del siglo XIX, el fotoclubismo permitía a los amantes de la fotografía desarrollar su pasión en colectivos independientes, al margen de los circuitos...oficiales del arte y la academia. La histórica relación entre fotografía y paisaje queda plasmada en estos centros. Siguiendo el canon europeo, arraigado en una representación más tradicional de la naturaleza, los fotoclubistas catalanes empleaban sus cámaras como mecanismos de documentación, capturando la belleza del entorno natural.
Para los urbanitas brasileños, la fotografía no era un documento, sino una obra de arte; la cámara, un artefacto de experimentación visual. Sus composiciones reflejaban el paisaje urbano de la posguerra brasileña, en plena expansión industrial y fervor arquitectónico, y hallaban en él un escenario de abstracciones geométricas y formas surrealistas.
Giró actúa como hilo conductor a través de estos fenómenos artísticos. Su obra es un vínculo entre territorios, entre archivos. Empieza en la Catalunya de los primeros años 1930s, donde conoció al fotógrafo Albert Oliveras i Folch (Uruguay, 1899 – Barcelona, 1989), también miembro del CEC. La amistad entre ambos queda inmortalizada en Marcel Giró amb esquís recolzat a una roca sota el coll d’Alba, retrato que Oliveras i Folch tomó de Giró en 1935. Sus caminos se separaron al estallar la Guerra Civil. Giró cambió los Pirineos por São Paulo, Oliveras i Folch por los puertos y bulevares de Buenos Aires.
En Brasil, Giró y Puig produjeron un extenso trabajo fotográfico, a menudo conjunto. Sus autorías se entrelazan en los archivos, difíciles de separar: compartían carrete con frecuencia y se distribuían los negativos. No fue hasta indagar en profundidad en su fondo de obra que RocioSantaCruz dio con fotografías de Palmira, anteriormente atribuidas a Marcel. Esta exposición recoge material inédito de ambos, además de reafirmar la prolífera autoría de Puig.
El FCCB fue un escenario de efervescencia creativa, en búsqueda constante de nuevos lenguajes visuales. Su vanguardismo instó a artistas de todo el mundo a exponer sus fotografías en las muestras anuales del fotoclub. Antoni Campañà (Arbúcies, 1906 – Sant Cugat del Vallès, 1989), artista fotográfico y reconocido fotorreportero catalán, expuso Paisaje otoñal c. 1940 en el II Salão Internacionl de Arte Fotografica de São Paulo, 1943. Volvería a exponer tres obras más en 1947. A su vez, Giró y Puig enviaban sus fotografías a Catalunya, donde el CEC las incluyó en sus exposiciones. Así, surgió una suerte de correspondencia visual entre los artistas catalanes, capaz de atravesar las fronteras del exilio y de crear, a partir de la fotografía, espacios compartidos.
Esta exposición coincide con la muestra Fotoclubismo. Brazilian Modernist Photography, 1946-1964 que el MoMA (New York) inaugurará en mayo de 2021. RocioSantaCruz trabaja con la obra de algunos de los integrantes más destacados del FCCB, entre ellos Germán Lorca (São Paulo, 1922), Rubens Teixeira Scavone (Itatiba, 1925 – São Paulo, 2007) y Eduardo Salvatore (São Paulo, 1914 – ídem, 2006), además de Giró y Puig, así como con el fondo de Campañà. Esta labor de investigación en los distintos archivos ha permitido a RocioSantaCruz articular un corpus fotográfico elocuente y complejo, desenterrando materiales inéditos y trazando nuevas conexiones entre artistas, tiempos y espacios de creación.
La galería extiende un especial agradecimiento hacia Toni Monné Campañà, Toni Ricart, sobrino de Marcel y Palmira y responsable de su fondo artístico, y a Berenguer Vidal i Tello, director del Arxiu Fotogràfic del CEC, por su implicación y ayuda a lo largo de este proyecto.
