El multidisciplinar artista Miquel Mesquida regresa a ABA ART LAB dando vida al Project Room nº 25 con motivo de la Nit de l’Art. Una instalación escultórica y una serie de obras pictóricas en papel, a base de collages, dan lugar a la exposición “Frequency”. Como resultado de un proceso creativo desarrollado desde finales del año 2019, Mesquida, ofrece una interpretación personal de la perfección expresada a través de un estudio acerca del círculo; reflexiones plasmadas a raíz de un intensivo período de observación, de análisis de su universo personal, en esa persecución de la perfección, intangible mas constantemente anhelada y valorada.
“La búsqueda utópica de la perfección es el origen de “Frequency”. Como ser humano y también como artista soy consciente de que dicha “perfección” es inalcanzable, aun así, se persigue...ese es, precisamente, el sueño.
“Frequency” es la dinámica cíclica que se expresa en todo aquello que nos envuelve. La...naturaleza, el mismo universo en expansión y retracción... como parte del mismo estamos sujetos a los ciclos evolutivos e involutivos. Todo se expresa de manera repetitiva y constante; día, noche, estaciones...
El proyecto Frequency ofrece una mirada a través del prisma único y personal que confiere sentirse un humilde aprendiz de la vida.
La repetición unánime se refleja en la magnificencia del universo desconocido, en ese microcosmos personal e intransferible que cada uno de nosotros posee.
Y así lo he intentado plasmar. Hay una constante que se mantiene durante todo el proceso y se refleja en las obras, sean pictóricas o escultóricas: el círculo, que es el hilo conductor y gran protagonista que unifica todo el proceso creativo.
El círculo representa la perfección. La perfecta equidistancia entre dos puntos. Históricamente, las culturas, las religiones, o movimientos espirituales en la búsqueda del conocimiento, han compartido este elemento como símbolo sagrado.
El círculo es el camino a seguir para ligar la espiritualidad individual a esa conciencia superior universal, que es en sí lo más puro y perfecto. Diferentes tradiciones filosóficas toman el círculo como parte de su enseñanza para conseguir el objetivo de religarnos con el origen, con el principio de todo. Representaciones como el collar de Buda Gautama de 108 cuentas, el ciclo de vidas u oportunidades para el crecimiento personal...La rueda, circular, es el Samsara: ciclos de vida y muerte, evolución e involución estudiados desde el hinduismo, el budismo o el jainismo.
Los budistas tibetanos mediante el mandala, cuyo significado es la rueda o círculo en sanscrito, evocando representaciones del macrocosmos y microcosmos evocan también el círculo. El calendario maya y azteca como medición del tiempo para rendir culto a las deidades o tributo a las estaciones o fenómenos naturales se centra también en la figura circular.
“Frequency” me ha permitido hacer un trabajo introspectivo de reconocimiento y autodescubrimiento. El proceso de realización de las obras ha implicado una ruptura con todo lo que había hecho hasta ese momento. A nivel personal y artístico, el objetivo ha sido siempre obtener el resultado inmediato bajo el gesto, el impulso, esa emoción visceral amparada en la línea y el descuido.
En este momento que nos ha tocado vivir a todos, en esa pandemia no elegida, más bien impuesta por los mismos ciclos de la madre naturaleza, he aprendido a enfrentarme a lo cotidiano, al trabajo en el estudio desde la óptica atemporal. A un recogimiento “casi” monacal y a los silencios meditativos donde se descubren las verdaderas imperfecciones. La obra es el reflejo de ese mundo imperfecto y distorsionado en el que vivimos. Tiempos fraccionados, desconocidos, donde nos hacemos conscientes de la falta de capacidad para adaptarnos a las nuevas situaciones.
“Frequency” es la dinámica de siempre: creación y destrucción. Renacer de las cenizas cual Ave Fénix, edificar sobre ellas la base del aprendizaje, muchas veces doloroso, por no decir siempre. La búsqueda de la perfección es casi más un acto de fe, la realidad virtual que nos lleva a unas consecuencias desconocidas, o a mirar en ese agujero negro interior con la esperanza de descubrir la verdadera identidad.”
Miquel Mesquida, 2021
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El artista
Como artista autodidacta le caracteriza su constante y arrebatadora inquietud creativa, que le conduce a materializar y configurar un ideario muy variado, consecuencia de la inspiración que encuentra, tanto en sus íntimos y personales interrogantes, como en la diversidad de influencias culturales, procedentes de tan diversos y dispares campos de conocimiento.
Su trayectoria artística iniciada hacia 1979 viene acompañada de numerosas exposiciones individuales y colectivas, tanto a nivel nacional como internacional, así como múltiples premios y galardones testigos de su importante actividad artística, tales como: Seleccionado en el XII Premi de Pintura Honda 2010, La Garriga (Barcelona), Seleccionado en el XVII Premi Ciutat de Manacor d’Arts Plàstiques 2010, además de importantes obras en colecciones públicas.
Entrada actualizada el el 01 feb de 2022
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