Las pinturas de Revillo son orgánicas y autogeneradas: en el proceso creativo, el artista interviene una base de pladur cuadrada y dibuja en ella con el cuchillo. Al hacerlo, marca los márgenes de las nuevas piezas e impone formas nuevas a la superficie sobre la que trabaja. Las pinturas de Revillo son autónomas: parecen pertenecer a una estructura mayor y sin embargo son sólo pequeñas piezas conquistando el espacio en que se encuentran.
Fuentes –las pinturas para Xavier Fiol en Madrid– son, en última instancia, un par de naturalezas muertas sobresalientes, que aluden a una historia de reciente creación pero de temporalidad ambigua.
Mateo Revillo (Madrid, 1993) regresa a España tras un prolífico periodo en París, del que destaca su proyecto Un Titanic, reprise (2018) con el cual tomó, de manera literal, la isla de Saint Louis para transformarla en una gran performance social, musical y escultórica. En la actualidad, Revillo continúa...la creación y exploración de laboratorios itinerantes del paisaje, con los proyectos Éxodo y Mapa Mudo. Hace años que Mateo Revillo rescató el muralismo como práctica artística y lo adaptó a su característico lenguaje estético. Sus polípticos crean una fuerte impresión visual que alude a los fragmentos ausentes en las propias piezas, al tiempo que revelan una relación ambigua entre pintura y arquitectura. Por un lado, parece que la pintura emergiera del interior de la pared, por el otro, se diría que se trata de una pared desplegada sobre otra.
Entrada actualizada el el 09 sep de 2019
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