Gabriel Orozco (Jalapa, Veracruz, México,1962) creció y estudió en Ciudad de México. En 1986, al finalizar sus estudios en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM , realiza un viaje de estudios de un año a Madrid. Artista sin estudio formal y dividiendo su tiempo entre París, Nueva York y México, desde principios de los años noventa trabaja respondiendo a la diversidad de contextos, materiales y situaciones en espacios públicos cotidianos en varias partes del mundo. Su obra ha estado presente en los acontecimientos más importantes de arte contemporáneo durante la última década. Es uno de los más significativos renovadores del arte conceptual.
Orozco reflexiona sobre el movimiento y la gravedad a través de diversos objetos, desde unos calcetines, una bola de plastilina o el péndulo sobre una mesa de billar. Expresa las acciones de la vida cotidiana con objetos comunes que de algún modo están siendo revisados desde...un punto de vista abstracto. Casi todas las obras son derivaciones de una acción del cuerpo y son, a su vez, recipientes para un cuerpo que las activa. En las terracotas, así como en la masa de plastilina, la acción del cuerpo modela la masa como recipiente que recibe el cuerpo, y su forma final es el resultado de esta interacción. Los juegos, la mesa de billar, de ping-pong, el tablero de ajedrez se convierten en reflexiones filosóficas sobre nuestra percepción y acción en el paisaje mental y físico del mundo.
La idea del tiempo es otro de los conceptos que cimientan su trabajo. Subyace de manera evidente en el caso de Sombra entre los aros del aire, un objeto arquitectónico y escultórico que se presentó en la Bienal de Venecia de 2003. La obra es una réplica a escala original de una arquitectura de Carlos Scarpa para el Pabellón de Italia de la Bienal de Venecia de 1952, sobre la que se instalaron esculturas. Tanto en ella como en las mesas de juego el tiempo está involucrado. En esta pieza, en relación con la obra original, ha transcurrido un tiempo, manifestado como erosión en la pieza primera. Orozco la ha concebido como una obra portátil itinerante, que es, a su vez, la concreción del modelo arquitectónico platónico habitando una realidad física que es más escultórica
El Palacio de Cristal se transforma en burbuja donde estos juegos parecen flotar juntos y nuestra percepción de la luz, la geometría y lo orgánico, en relación al paisaje y la gravedad, hablan de cosas elementales y, tal vez, filosóficas.
Entrada actualizada el el 05 may de 2016
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