Con la colaboración de Adela Cabré, Íria Llena Gaso, Eva Rodríguez Arias y Sally Schofield.
En verano de 2019 empieza la temporada de residencias artísticas en Chiquita Room con la invitación al creador chileno, Alfredo Da Venezia, a desarrollar en el espacio un proyecto site-specific. Artista visual y docente en escuelas de arte, arquitectura, diseño y diversas universidades de su país, es militante de estas disciplinas y muestra en su trabajo un especial interés por el mapeo de ciudades, desplazando la gráfica y la pintura y resaltando las huellas, caminos y rastros del ser humano. En este caso, Alfredo se traslada a un territorio doméstico con una estética basada eminentemente en el color rojo y su potencia, a partir de una tela de rayas de IKEA que le acompaña de hace años. Contando con que hasta la fecha, la cadena de muebles sueca no tenía presencia en Chile (donde finalmente se...instalará en 2020), el país se prepara sin saberlo para la revolución del “móntelo usted mismo”, que ha democratizado el diseño y convertido millones de hogares en estampas redundantes de todo el planeta. “Cuando la exploración del espacio profundo sea algo cotidiano, serán las multinacionales las que lo bauticen todo”, aseveraba el insomne personaje interpretado por Edward Norton en El club de la lucha (1999). Hasta ahora, Santiago era ajena al esclavismo de instinto IKEA para acomodarse en casa, pero algunos artículos del imperio escandinavo se habían colado por una rendija.
“Género y textura” es un proyecto que se plantea, por una parte, a partir del anecdotario de ese paño de tela que adquirió Alfredo en 2013, en un establecimiento de segunda mano en Santiago, y que después usó como material artístico para una exposición. La tela ha ido mutando desde entonces hasta ahora y ha formado parte de otros proyectos: convertida en un mantel doméstico por necesidad, o como fondo fotográfico para una nueva exposición, y recientemente digitalizada para la publicación del libro de artista Terrain Vague, publicado a principios de este año por la editorial Quinta Morza en Barcelona. Coincidiendo con su visita a la ciudad, entró en contacto con Chiquita Room al hilo de la exposición de mapas “Barcelona Plan B”, y su interés por la cartografía le llevó a presentar el proyecto de realizar un mapa doméstico para este espacio.
Simultáneamente, su trabajo comprende siempre una visión muy cercana de lo femenino y habitualmente todas sus colaboradoras son mujeres, con lo que la dimensión de la palabra “género” adquiere en esta ocasión una doble condición. Al ser cómplice de dos territorios, por un lado el material en sí mismo y por otro el del término social en crisis sobre la identificación de roles binarios, se abren aquí propuestas a nuevos paradigmas y definiciones. El proyecto incluye además la invitación que Alfredo hace extensiva a cuatro mujeres para intervenir el espacio diseñado por él a modo escenográfico, y abrirlo a la actuación de estas profesionales desde sus disciplinas específicas: Adela Cabré desde el diseño de interiores, Íria Llena Gasol desde la danza, Eva Rodríguez desde el diseño de moda y Sally Schofield desde la arteterapia. Cada una de ellas cuenta con una suerte de símil que corresponde a 3 metros tela: esa lona de líneas rojas y blancas (modelo Sofia, IKEA) para trabajar como hilo conductor de la operación en su conjunto. Así y en el transcurso de dos semanas, el espacio se transforma a modo de celebración familiar, añadiendo capas de forma y contenido con cada nueva visita, y mutando desde su propuesta inicial hasta el cierre de la instalación. Por eso abrimos las puertas y quitamos los cerrojos. Porque como dijo la poeta chilena, Gabriela Mistral, en vano se echa la red ante los ojos de quienes tienen alas.
Entrada actualizada el el 22 jun de 2020
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