La exposición que presento la he titulado 'Geometría de la distancia'. Mi idea al comenzar los trabajos era tratar los temas que han sido hasta ahora recurrentes en mi obra, paisajes y geometrías combinadas, pero acentuando aún más la distancia de lo recordado, lo perdido en la memoria y luego evocado, es decir situándome en un plano más alejado de lo representado y continuando con el recurso a lugares comunes, rayanos con el tópico para hacer evidente su lado banal, no trascendente.

Ocurrió entonces que, no por casualidad, encontré el Tratado de la lejanía de Antonio Prete, donde este autor estudia el significado de la lejanía en las distintas artes. En él habla de temas que siempre hallé adecuados para elaborar un lenguaje con significado: las islas, los desiertos, el mar, el viaje, los recuerdos... Comprendí entonces que no había ... agotado el potencial significativo de estas imágenes y decidí volver a representar las puestas de sol evocadoras, los horizontes y lo que podríamos llamar otros lugares comunes de nuestro imaginario colectivo, para que continúen dibujándonos la distancia, el adiós, las formas de la nostalgia, el viaje, y todo aquello que nos consiga evocar.

Antonio Prete nos recuerda en este libro que 'hoy la lejanía no está lejos, la tenemos en las casas en el monitor del ordenador, en la pantalla de los teléfonos móviles. Es tarea del lenguaje no reducir el espesor de la lejanía, la riqueza de sus variantes, la profundidad de su tiempo y de su espacio. La literatura, la narrativa, la poesía, las artes, contribuyen a mantener abierto el espacio de la lejanía. Porque representan la lejanía en cuanto lejanía, y exigen la colaboración imaginativa y meditativa del lector, del espectador'.

Espero contribuir con mi granito de arena a que siempre seamos capaces de interpretar este espacio.