Las piezas, dibujos y telas de carácter no figurativo que componen la obra de Hernán Ardila (Santa Fe de Bogotá, Colombia, 1964), caracterizadas por la preeminencia de la forma y de la línea, los planos de color de bordes duros y la fragmentación compositiva, se centran tanto en el valor espacial de la forma como en el tempo de las repeticiones y variaciones de la línea, el color y el material. Su obra es concebida en gran medida como una instalación. Si bien la dimensión espacial ya estaba presente en sus anteriores trabajos al óleo, ésta cobra mayor importancia tras las experiencias de ensamblaje. Su cometido se ciñe a la unión y disposición de líneas, formas, campos de color, fragmentos de madera, plástico o metal. Prueba del carácter unitario de su actividad es el uso que ha adquirido el ordenador en el desarrollo de su obra. La ... digitalización del material, ya sea mediante fotografía o a partir de formas simuladas, le permite visualizar previamente las relaciones entre los elementos. Asimismo el montaje mediante réplicas digitales parte del material y constituye su desarrollo, su modificación, su integración con otros elementos en una relación de sentido... En su trabajo hay una indagación profunda y sentida, aunque al mismo tiempo ligera, sensata y concreta, sobre el sentido y el sentir de las cosas. Pero precisamente por eso la búsqueda de exactitud en las relaciones debe ir acompañada siempre de una falta de certeza que exige no sólo la ausencia de significado, sino también una determinada disposición de los elementos en el conjunto que dificulte su legibilidad. Materia e inestabilidad, esta suma podría sintetizar toda su obra. Lo que realmente interesa a Ardila es la posibilidad de afectar a una forma, de alterarla de múltiples maneras. En este sentido, procura operar siempre ahí donde las cosas no han adquirido todavía una dirección. Su trabajo se colma de formas intervenidas, elementos en crisis puestos en relación en un orden de cosas que los mantiene en el límite, al borde del abismo, en desequilibrio; a punto de ponerse en movimiento, de saltar al vacío, de dejar de ser o, lo que es lo mismo, de llegar a ser otra cosa.