En la exposición Himnos Homéricos hay una evocación sotto voce alusiva a estas obras clásicas que, como todos saben, no son de Homero. Hay en ellas una insistencia en las estructuras decorativas sencillas, con zonas en que predomina un único color, aludiendo al mismo tiempo, con referencias (aunque vagas) a la tradición greco-romana de pintura y al modernismo (del neoplasticismo a los expressionistas abstractos) -pero además, en la obra son introducidos elementos de trompe-l'oeil (papeles, emblemas o dibujos), que pueden evidenciar toda una tradición post-renacentista. Las sombras que dan un pequeño volumen a los distintos planos del color, otorgan una consistencia formal, quizás paródica, a los varios elementos agregados. Los himnos son evocadores del mundo clásico, con la presencia de Apolo y Hermes, el terrible dios de las formas y de la perfección, o el cómico dios de las burlas, de las transiciones, de la comunicación y de otras dudosas interpretaciones. En realidad el autor los rememora, además de por otras razones mas oscuras, de su mitología personal, porque ... se quedo todo un verano ahogado en lecturas homéricas (la Odisea y otras tonterías helenísticas) -haciendo al mismo tiempo, una revisión de teorías elaboradas por el mismo, a mediados de los años 80- a partir de un viejo proyecto llamado Marmoleado Odeon.