Horizonte de Exilio trata cuestiones sobre la identidad femenina y se hace eco de contextos donde la mujer se ve obligada a dejar su país para salvar su sentido del Yo. Así esta obra alude a culturas de Oriente Medio pero, al mismo tiempo, se abre a sentimientos universales sobre auto-imagen, pertenencia y anulación.

Frecuentemente los medios de comunicación occidentales presentan a mujeres de Oriente Medio, cubiertas o en peligro, como "iconos" de alteridad. Horizonte de Exilio desea acercarse al ser detrás del icono para desvelar la esencia de esa iconografía de ausencia y aprisionamiento; numerosas historias de viajes conflictivos hacia la libertad y la auto-percepción. Historias de exilio femenino en las que Isabel Rocamora encuentra un mundo de resonancias, ya que ella misma dejó España a los dieciocho años para vivir en Reino Unido.

Desde un discurso basado en hechos reales y una estética que oscila ... entre la ficción y la realidad Rocamora consigue crear un espacio poético y estremecedor en el que se materializan fragmentos de memoria. Así mediante acciones gestuales los personajes exploran el paisaje emotivo y trascienden las limitaciones de lo consciente, sobrepasando o incluso operando contra lo verbal.

La instalación se presenta como un díptico de pantallas que dialogan entre sí y que aluden, a su vez, a dos culturas desérticas: la de Oriente Medio y la de Atacama (Chile), donde se rodó el film. Mediante este formato de presentación la autora permanece en su intención de crear experiencias duales; físico-inmersivas además de emotivo-dialécticas.

El díptico Horizonte de Exilio envuelve al espectador en un universo material y epidérmico donde la presencia de la tierra y lo humano nos enfrenta a la construcción del Ser.