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Ante el éxito y el interés que suscitó la I Bienal de Grabado, la Asociación Cultura para las Artes de Valladolid, Grupo Aguafuerte, en colaboración con la Excma. Diputación de Valladolid, convoca ... la II Bienal con carácter Internacional. Fue presentada el 30 de septiembre de 2008 en la sede de la institución provincial. El acto estuvo presidido por el diputado de Cultura y Turismo junto a los miembros de la Asociación.

La respuesta ha sido masiva, acudiendo al certamen numerosos artistas del ámbito nacional e internacional que acreditan la categoría del proyecto y el alto nivel de calidad de las obras. Entre los países participantes podemos citar algunos emergentes como China, Bielorrusia y otros con una trayectoria consagrada en el mundo de las artes como Argentina, Méjico, Alemania, Cuba, Portugal, Brasil, Colombia...

La celebración de acontecimientos de esta categoría, siempre supone una proyección para el lugar patrocinador tanto por su trascendencia cultural como por el impulso que toma el nombre de la ciudad, en este caso de la provincia, al contar con el apoyo de la Excma. Diputación que ha sabido valorar la idea de La Asociación Cultura para las Artes, constituida en el año 2000 con la finalidad de 'contribuir a la promoción de todo tipo de iniciativas culturales en la región'. No obstante, pone un particular acento en difundir e intensificar el mundo de las artes gráficas que en realidad es el objetivo que persigue la Bienal, cuyo proyecto toma forma en la feria de grabado de Estampa, mediante la puesta en contacto con los diferentes talleres y las inquietudes de otros grabadores.

A los Miembros del Grupo Aguafuerte: Carmen Andrés, Domingo Sangrador, Mercedes Vecino, Rufa Fernández, Mónica Aguado y Luis Ángel Herranz, les une una sincera amistad y la afinidad por el mundo del arte. Vienen de muy diversos campos creativos lo que incide de una u otra manera en la complejidad y riqueza de sus grabados. En cuanto a las técnicas de estampación se mueven en un amplio abanico: linóleo, punta seca, gofrado, aguafuerte y otras variantes que llevan a técnica mixtas. Dominan de forma personal todo el proceso de creación para que su obra sea aceptada como 'estampa original', según requiere la normativa del Comité Internacional de Grabado.

La libertad creativa de la que gozan los componentes de esta asociación en lo referente a técnica o estilo así como sus diferentes personalidades, ideologías e intereses implican una amplia temática que en ocasiones se mueve entre lo comprometido, lo cotidiano y lo poético.

La diversidad de lenguajes plásticos sugiere un rico bagaje cultural y una inquietud artística en constante evolución e investigación que va desde la figuración a la abstracción. Llaman poderosamente la atención la fuerza del color y la riqueza y variedad de texturas conseguidas.

Su actividad se ha puesto de manifi esto en múltiples exposiciones llevadas a cabo en diversos centros culturales de Castilla y León, irradiando nuestras fronteras con la muestra en el Centro Cultural Reyes Católicos de Bogotá (Colombia-2008) y el premio especial y mención de Honor obtenido en Venecia, IV Mostra.

Es requisito imprescindible para competir en la II Bienal que las obras estén realizadas en grabado calcográfico (buril, punta seca, aguatinta, aguafuerte, aguada, manera negra, barniz blando y otras variantes). Ese término, en principio, sólo se asignó a las estampas realizadas en cobre, pero por extensión comenzó a utilizarse para todas las ejecutadas en otras variantes de metal. Su origen se halla vinculado a los orfebres y se atribuye al italiano Maso Finiguerra (1426- 1464) aunque al parecer surge paralelamente en Italia y Alemania. Alberto Durero destacó por su notable capacidad tanto con el buril como con la gubia.

¿Qué razones hay para imponer esta técnica? Como punto de partida diremos que es la variante con la que se identifica el colectivo impulsor de la Bienal; además, es una manera de acotar el inmenso volumen de la obra a concurso, y en particular, por las connotaciones que presenta el propio grabado calcográfico. Permite llegar al detalle más pequeño, conseguir diferentes gradaciones tonales y realizar mayores tiradas. De ahí que a finales del siglo XV la xilografía decayera frente a las posibilidades expresivas que ofrecen las planchas de bronce y en particular la de cobre. Además, admite conjugar la relación entre idea y ejecución. El trabajo de la talla en madera es puramente mecánico, puede que dibujante y tallador sean la misma persona pero lo más común es que el artista se limite a trazar el dibujo sobre la matriz y un artesano tallador a excavar las zonas no afectadas por el dibujo, mientras el artista grabador en metal labra directamente la imagen en la matriz y participa personalmente, controlando la anchura y la profundidad del surco con el buril o la duración de la acción corrosiva, en caso del aguafuerte, motivo por el cual inciden en la interpretación del dibujo original.

En el grabado calcográfico, cada trazo posee su propio espesor y, por tanto, su propia intensidad de negro, dando como resultado tonos intermedios con los que se obtienen efectos de luz y sombra que ayudan al concepto volumétrico y a conseguir una tercera dimensión real que se aprecia en el tacto del papel. Éste, en ocasiones, aporta a la obra un carácter artesanal, y su calidad blanda y elástica hace que las reservas adquieran un peso importante en el conjunto de la obra captando el mensaje oriental del valor del vacío. Sin embargo, la difi cultad de realizar trazos finos y contiguos en la madera no permite, en xilografía, encontrar medios tonos de ahí que las imágenes adquieran un aspecto bidimensional. No obstante, a principios del siglo XX, los expresionistas alemanes del grupo Die Brücke (El puente): Ernst Ludwig Kirchner, Karl Schmidt- Rottluff, Erich Heckel y Otto Mueller, optaron por esta técnica para una amplia temática que iba desde los duros retratos de Heckel, hasta las composiciones líricas de Mueller.

Durante mucho tiempo el buril fue considerado como la variante más noble del grabado calcográfico y el aguafuerte se supeditó a él como procedimiento auxiliar. Pero las posibilidades que ofrecía éste al ser un procedimiento más rápido, más agresivo y menos lineal que el buril contribuyeron a su rápida expansión. El francés Jacques Callot. (Nancy 1592-1635), averiguó que con varias inmersiones de la lámina de metal en ácido se podía conseguir sensación de perspectiva, pero fue en los Países Bajos donde la técnica del aguafuerte alcanza un importante desarrollo durante el siglo XVII con la figura de Rembrandt cuya producción abarca una amplia gama de temas que van desde el retrato y las escenas religiosas hasta el paisaje, contribuyendo al florecimiento de la escuela holandesa.

En España el grabado se ve favorecido en la segunda mitad del siglo XVIII por la política cultural promovida por Carlos III que fomentó la formación de grabadores españoles. Figura clave en este momento fue el vallisoletano Manuel Salvador Carmona (Nava del Rey, 1734-Madrid, 1820) que llegó a ser Director de Grabado de la Real Academia y a recibir el título de Grabador de Cámara.

A lo largo del siglo XIX el aguafuerte se convierte en la técnica dominante sobre metal y en la actualidad los grabadores optan por procedimientos derivados de ella, con los que se consigue un carácter pictórico como el aguatinta, basado técnicamente en el mismo principio sólo que las líneas se sustituyen por superficies tonales de tal manera que esta variante permite la obtención de infinitas gradaciones de un mismo color e imitar los dibujos a la aguada.. Otros procedimientos que se acercan a las técnicas pictóricas son la manera negra y el barniz blando. Éste último adquiere una textura y calidad similar a los diseños realizados a lápiz.

Las técnicas calcográficas que en su origen tuvieron un carácter imitativo de la pintura o del dibujo, con el tiempo han adquirido personalidad propia por su poderosa y peculiar forma de expresión. En constante evolución han sabido adaptarse a las más novedosas corrientes contemporáneas. Así los numerosos movimientos artísticos que configuran la historia del arte del siglo XX han quedado reflejados en una ingente variedad y cantidad de estampas. Sirva de ejemplo las cien láminas de la Suite Vollard de Picasso en las que se conjugan el buril, aguafuerte, aguatinta, aguada y puntaseca, o los aguafuertes de Marc Chagall y Edward Hopper por citar alguno.

En este momento de incertidumbre donde las artes tienden a confundirnos con un juego mimético, los útiles de grabado y los propios grabados se aplican a diferentes lenguajes artísticos. Los primeros para conseguir calidades diversas, a lo que contribuye que la estampación se realice sobre materiales novedosos, y los segundos se fusionan o sirven de base a composiciones en las que se mezclan pinturas, collage, fotomontajes, etc. Por otra parte, percibimos cómo el artista grabador asimila y toma para expresarse connotaciones propias de la pintura, como la riqueza de color, el peso y valor del soporte que actúa como reserva y cobra protagonismo en el gofrado evocando el Blanco sobre blanco de Malevich, la libertad del trazo y la fuerza de la mancha. Esta síntesis nos lleva a pensar que el grabado actual parece no tener límites en su poder innovador y creativo.

Una mirada introspectiva al conjunto de obras presentadas a concurso nos hace reflexionar sobre el impulso que ha tomado el grabado contemporáneo. Impulso que deja reflejado en las considerables dimensiones de los formatos, en las infinitas variantes que adopta, en la evolución e interrelación de las diferentes técnicas y en el amplio intervalo de tendencias que reflejan. Éstas se mueven desde la abstracción geométrica y lírica a la figuración más realista. No obstante, llama especialmente nuestra atención el peso que cobran las corrientes informalistas tanto matéricas como gestuales, tal vez porque se identifican con la técnica del buril y la punta seca en el valor del trazo o con los efectos corrosivos que sobre la plancha pueden obtenerse al manipular el ácido. Efectos propios de este movimiento pictórico que pone su acento en la diversidad de texturas y en la acción de los fenómenos atmosféricos sobre las superficies, como por ejemplo la erosión.

En el momento actual, la mayor parte de artistas aborda de una u otra manera diferentes técnicas de grabado conscientes de que la obra gráfica facilita su presencia en el panorama internacional. A ello ayuda, en ocasiones, la voz de la prensa y la edición de catálogos. El grabado viene en buena medida a mitigar el aspecto elitista del arte, ya que la seriación de las estampas y con ello la producción masiva hace asequible el producto y favorece el coleccionismo. Pero su popularización no significa reducir la calidad. Artistas de la talla de Goya, se vieron seducidos por la libertad de expresión que estas técnicas les permitían y por el poder de difusión que ofrecían como vehículo transmisor de ideas, en su caso del pensamiento político de la Ilustración y la crítica social de España cuyo contexto histórico deja reflejado en Los Caprichos.

Las estampas premiadas en esta II Bienal y una selección llevada a cabo por el jurado constituido por Concha Gay, Domingo Sangrador, Carlos Mendicute, Carlos Sanz Aldea y Diego Canogar, serán expuestas en la Sala de Exposiciones del Palacio de Pimentel desde el día 11 de Junio. Es de destacar y agradecer a las empresas patrocinadoras de este certamen su iniciativa de apoyo a las artes y nos agrada de forma especial que la Diputación Provincial de Valladolid continúe con la labor fundamental de mantener viva la trayectoria artística que en otros momentos dio nombre a la escuela vallisoletana.