Realmente inclasificable, el trabajo de Ingo Giezendanner, (GRRRR) ocupa todo el espacio del nivel -1 del CAB. Y nunca mejor utilizado el término 'ocupar', puesto que la obra de este peculiar artista suele invadir cada uno de los diferentes soportes susceptibles de ser dibujados o pintados que puedan hallarse en el marco de un espacio expositivo.

Cualquier interior -no necesariamente de carácter museístico- tiene, además de su perímetro lineal, un buen numero de objetos muebles que pueden ser intervenidos por la mano de Ingo. Y, en buena lógica, también son espléndidos soportes cualquier tapia, pared o lugar al aire libre de las muchas ciudades que visita.

Efectivamente, la ciudad es la protagonista de sus ... dibujos. Los edificios, sus interiores, los espacios al aire libre, los anuncios, las calles, las carreteras, el metro, las gasolineras, los establecimientos comerciales, los bares, las gentes que día tras día las visitan... Todo, simplemente todo lo observable es retratado, cambiando eso sí, la cámara fotográfica, por el trazo negro de su pluma a medio camino entre la ilustración y el cómic. Con su asombrosa facilidad para dominar este medio y su innegable capacidad de trabajo, Ingo ejerce de cronista de la actualidad urbana de muchos y diferentes lugares del mundo, trasladando posteriormente todos esos documentos visuales realizados en papel a muy diferentes soportes en Centros, Museos y otros espacios expositivos.

Son muchas las pinturas murales que Ingo Giezendanner ha llevado a cabo desde 1993. En esta ocasión, serán las paredes del CAB las depositarias del retrato urbano que de Burgos realizó durante su pasada estancia en nuestra ciudad.

Además, y como viene siendo habitual en su obra en estos últimos años, sus trabajos en animación permitirán a los burgaleses reconocer numerosos lugares que les son propios entre las muchas, muchísimas imágenes urbanas que nacen de la mano del artista.