Un evocador recorrido por los orígenes del patrimonio inmaterial a través de noventa y tres instantáneas de algunos de los fotógrafos documentalistas españoles y extranjeros más importantes de la historia, desde Jean Laurent, Mariano Moreno, Baltasar Cue o Otto Wunderlich, hasta Luis Escobar o Cristina García Rodero en la actualidad.
La UNESCO, en su Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, firmada en 2003, considera Patrimonio Cultural Inmaterial las tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma, las artes del espectáculo, los usos sociales, rituales y actos festivos, los conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo, y las técnicas artesanales tradicionales.
La exposición Inmaterial. Patrimonio y memoria colectiva, ilustra algunos de estos contenidos a través de fotografías tomadas con bastante anterioridad a la Convención. Se ha hecho, por tanto, una relectura, en clave actual, de fotografías que no tenían la misma intención documental que nos atrae ahora ni que,...en su momento, se amparaban bajo el paraguas del Patrimonio Inmaterial.
La exposición se divide en 11 grupos temáticos, que explican el sentido del Patrimonio Inmaterial y hacen un repaso de sus manifestaciones más importantes. Los dos primeros conjuntos, “La transmisión de la cultura” y “Los protagonistas de la transmisión”, nos presentan la cultura como un conjunto de prácticas y discursos que se transmiten de manera informal, en todos los ámbitos de la vida cotidiana.
A continuación, otros 9 grupos nos sumergen en los escenarios de la cultura: “La sociabilidad”, “El agua”, “La alimentación”, “El pastoreo”, “La pesca”, “La alfarería”, “El transporte”, “Los oficios ambulantes” y “Los rituales festivos”, más un audiovisual didáctico. Diferentes ámbitos en los que las personas representadas en las fotografías se relacionan e interactúan en contextos festivos, laborales o domésticos, compartiendo códigos, poniendo en práctica saberes y relacionándose según pautas tradicionales; situaciones todas que, en buena medida, aún hoy nos resultan familiares a comprensibles, a pesar del cambio socio-económico, que resulta muy visible.
La participación activa del espectador constituye el complemento necesario para dar un sentido completo a esta muestra. Frente a estas imágenes evocamos los conocimientos técnicos de actividades laborales que conocimos en nuestra infancia, los sentimientos afectivos o lúdicos y las reglas sociales que rigen las relaciones humanas. La exposición pone en juego nuestros propios conocimientos y con ello tomamos conciencia de la vitalidad y actualidad del Patrimonio Inmaterial y de nuestro carácter como depositarios y protagonistas del mismo.
Entrada actualizada el el 31 may de 2019
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