Un día, mientras buscaba material para sus obras, Elena Kervinen descubrió un fragmento de granito que le llamó poderosamente la atención por encima de los demás. Llevaba grabada la letra N. Se identificó enseguida con esa letra, porque en su nombre hay tres, y no pudo evitar pensar que aquel fragmento formaba parte de una lápida, quizás la suya en un pasado remoto, una señal inequívoca de una posible inmortalidad, de una vida de antes y después de la vida, de una continuidad discontinuamente eterna. Aquel fragmento forma parte de la obra Inmortal, que da título a la exposición. La inmortalidad es un viejo deseo de la humanidad. La vida eterna ha sido la promesa de muchas religiones y un tema presente en la filosofía, desde Platón a Santo Tomás de Aquino. Esta idea, asociada al concepto de infinito, late en todas sus obras recientes y que ahora exponemos en...el quadern robat. Pero no sólo. La grandeza del infinito no se puede comprender sin la cotidianidad, sin los pequeños detalles que nos rodean, sin las cosas sencillas del mundo de nuestro entorno y que ella observa en detalle. Y mientras que los planteamientos más filosóficos o espirituales los realiza con granito, las vivencias del día las plasma sobre mármol, transformadas en dibujos delicados. La obra reciente de Elena Kervinen transita de lo terrenal a lo cósmico o espiritual, por un camino personal de introspección y estudio.
Elena Kervinen comenzó a trabajar con fragmentos de mármol en 2018. La idea del fragmento es sugerente porque nos despierta la imaginación. Un fragmento llama la atención en sí mismo, pero también evoca irremediablemente lo que falta. Según sus palabras: Si observamos un fragmento solo, transmite una cosa y si analizamos el conjunto, expresa otra. A menudo combino múltiples ideas en una sola obra. He trabajado el tema del fragmento de diversas maneras. En algunos casos como si fueran restos de algo, borrado por el paso del tiempo y en otros podrían ser obras inacabadas. Formalmente, los fragmentos son fascinantes. La piedra rota expresa a la vez fragilidad y fuerza. El fragmento me fascina poéticamente, porque me es difícil decir dónde terminan el concepto y la forma y donde comienza la poesía. La forma en sí es poética, y la idea también. Las asociaciones que despiertan la combinación de los fragmentos, también lo son. En esencia el fragmento es misterioso, nostálgico y tiene una belleza melancólica en su imperfección.
La exposición Inmortal reúne una parte de los trabajos de Elena Kervinen de los últimos cinco años y relatan, tal como ella nos ha explicado, todo lo que ha vivido y lo que ha intuido, todo lo que es racional, pero también los sueños.
Elena Kervinen nació en Finlandia, pero hace casi treinta años que vive en Cataluña, donde hizo los estudios de arte. Ha participado en exposiciones colectivas en La Capella y en el Espai 13 de la Fundació Miró. Hizo la primera exposición individual en 2000 en la galería María José Castellví, y desde entonces ha realizado exposiciones individuales en la galería Bronda y en el Pori Art Museum de Finlandia, en la Axis Art Gallery de Canadá, y en el Temple Romà de Vic entre otros. Su obra ha sido seleccionada en ferias como Art London Contemporary, ForoSur 2010 y Art Insbruck entre otras. Desde de 2016 presenta su obra en el quadern robat.
Imágenes de la Exposición
Corazón
Entrada actualizada el el 07 feb de 2022
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