INTERZONA
Lo primero que supe de Juan Escudero (Bilbao 1966) fue que su interés estaba enfocado en el espacio entre líneas que conforman el dibujo en su totalidad; como leer entre líneas. Me enfrenté a su trabajo de cerca; palpando los papeles suaves, ligeros y los grandes formatos por donde discurre el aguafuerte. Justo al instante, llegó la fascinación por el movimiento que emana de su obra, por su analogía con las olas del mar, con los gráficos de frecuencia y, sobre todo, con la cercanía a la topografía y los diseños digitales de los años 70 y 80 del siglo XX. Paisajes oníricos y tramas naturales. Una obra alejada del figurativismo, un juego de tramas infinitas que ofrece curiosas visiones reconocibles del mundo que nos rodea.
Leer entre líneas, para mí, consiste en no quedarme en la literalidad de la realidad, en buscar más información de la que se me...ofrece, en investigar más allá de lo que ven mis ojos y escudriñar otras realidades que, aunque lejanas o poco probables, ofrecen un significado distinto. En definitiva, no quedarme con la línea argumental y descubrir qué hay de verdad en las cosas. Entendí que el artista no realiza un simple trabajo plástico, sino que utiliza la línea como guía y que el resultado final de la obra no es más que un metódico proceso de búsqueda de libertad.
La obra, en INTERZONA, bien podría tratarse de una consecución de números primos o decimales del número Pi, en la repetición constante de un trazo simple e inagotable que puede multiplicarse hasta el infinito. Un acto que, más allá del objeto artístico, es el resultado de una obsesión y una fijación consciente del artista hacia la repetición; un mantra manual que nos permite soltar la imaginación y explorar formas reconocibles desde un punto de vista artístico. El arte de la repetición para alcanzar la perfección. El secreto de grandes pensadores, filósofos, escritores y artistas. El acto de repetir que perfecciona nuestro oficio y libera nuestra mente. Un proceso de crecimiento natural que no sabes a dónde te llevará, por el que transitas sin mayor pretensión que la de hacer, hasta que se alcanza el límite o te visita el cansancio.
Y aunque el resultado final de su obra pueda inducirnos a pensar en procesos novedosos, su método de trabajo es el grabado calcográfico. Juan dibuja sobre la plancha de cobre barnizada para proceder después al grabado de las líneas y es, más tarde, en el método de entintado cuando se aleja del grabado en hueco y recurre a la estampación en relieve. Con esta manera de aplicar el color, no mancha las líneas que conforman la trama y consigue el volumen característico en estas obras, creando la ilusión de estar delante de estelas marinas, desiertos de sal o paisajes topográficos de planetas inexplorados.
Como para muchos de vosotros, para mi Juan era un completo desconocido hasta ese primer contacto que tuve con su obra. A partir de ahí mi fascinación hacia su trabajo y la admiración por su perseverancia y su paciencia me llevan a replantarme la cantidad de prejuicios históricos que nos envuelven y que nos alejan de la sorpresa. Con los años perdemos la curiosidad y la capacidad de asombro para encontrar belleza fuera de nuestra rutina. Un mundo, en el que vivimos, que se ofrece encorsetado y delimitado y en el que hasta el arte se subyuga al dogma absurdo de unas reglas, no escritas, que definen de qué manera debe expresarse un artista.
Ante la obra de Escudero, aumenta la capacidad de asombro que nos hace humanos y permite la licencia de soñar para entender que lo que vemos no es siempre la realidad; aunque nos quieran contar otra historia. (Roy Laguna)
Imágenes de la Exposición
Mundaka I
Entrada actualizada el el 26 mar de 2024
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