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En la exposición se pueden encontrar dos series completas, Tientos y El despertar, la pieza Los siete signos y una selección de 20 Dípticos del total de 69 que el autor tiene editados en formato 25,9x17,8 cm. La elección de estas series responde a un deseo de presentar al Navarro más intimista, más esencial, y de dar a conocer su expresión más personal y profunda en China.

La serie ... Tientos, probablemente la más personal y la más cargada de sensualidad en su obra, nos abre las puertas a un universo particular en el que podemos observar lo que sucede a su alrededor y preguntarnos por aquellas sensaciones que le han llevado a capturar esas imágenes; el roce de la tela contra la piel desnuda o el deseo de ocultar más que de exhibir, colocan al espectador en una posición privilegiada para observar ese mundo interior del autor. En “El despertar” asistimos a la unión de la piel y la piedra, de lo vivo y lo inerte, dualidad siempre presente en la obra de Navarro, que aquí ha sabido conjugar con un estudio de la figura humana, lejos de las reglas de belleza y de cánones clásicos, manteniendo aún ese perfume de seducción y sensualidad que exudan las obras de este artista. “Los siete signos” representa el paradigma de la abstracción por repetición, que está presente en varias de las series del autor: abstraerse de la realidad a base de repetir una figura una y otra vez, girando, transformando, creando una obra nueva, diferente. La muestra se cierra con una selección de 20 Dípticos; la que probablemente sea la serie más innovadora del autor se encuentra representada por algunas de las piezas más conocidas y que mejor conjugan el espíritu de los Dípticos: por un lado encontramos parejas de imágenes que, en ocasiones, son totalmente contrarias y que se encuentran una junto a la otra de forma casi inexplicable, salvo por las relaciones inventadas por el autor en el transcurso de la elaboración de la pieza. Por otro, imágenes halladas o buscadas, pensamientos buscados o hallados que se encuentran en una extraña vecindad y que nos transmiten la sensación de que siempre estuvieron allí, de que no hay razones para pensar que su cercanía física sea forzada.

Rafael Navarro con una trayectoria profesional de más de 30 años, ha desarrollado el grueso de su obra en torno al desnudo y la abstracción. Desde sus primeras series como Formas en 1975 hasta sus más recientes creaciones como “El abandono” en 2007, su obra ha tenido siempre un carácter y un lenguaje personal que han llevado a Rafael Navarro a ser reconocido como el maestro del desnudo en España, a la par d e maestros internacionales como Edward Weston, Eikoh Hosoe o Lucien Clergue. Su obra ha sido expuesta en galerías y museos de todo el mundo en más de 500 ocasiones y forma parte de fondos relevantes como la Bibliothèque Nationale, la Maison Européenne de la Photographie de Paris, los museos de Arte Contemporáneo de Bruselas, México, Buenos Aires o Japón, así como las colecciones de la Fundación Pilar i Joan Miró, el IVAM o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Entre sus más de 700 publicaciones hay que destacar libros como Dípticos (1986), Le forme del corpo (1997), Catalogue Raisonné 1975-1998 (2000), Don't disturb (2001), Photobolsillo 44 (2002), En el taller de Miró (2006) y el más reciente Cuerpos Iluminados (2006) donde puede apreciarse el alcance de una dilatada carrera profesion al, avalada por una trayectoria personal e intelectual que da cuerpo y sentido a su obra.