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Con motivo del décimo aniversario de su creación, la Fundación Luis Seoane y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, adscrita al Ministerio de Cultura, con el patrocinio de la Fundación Caixa Galicia, han organizado la exposición Itinerario del trazo. Dibujo e ilustración de Luís Seoane en la que el profesor Valeriano Bozal analiza los dibujos del artista gallego. Si bien no se trata de un análisis exhaustivo de toda la obra realizada en este tipo de soporte por Seoane, sí se acomete por primera vez el estudio pormenorizado de las influencias, los temas y los hallazgos presentes en los fondos de la colección institucional y otras estrechamente relacionadas con la historia de la Fundación, como es el caso del Museo Carlos Maside. ... Se ha llevado a cabo una selección de entre cerca de setecientas obras catalogadas, una selección que atiende no sólo a criterios de representatividad, sino que sirve también como nexo y espejo de otros soportes en los que Seoane plasmó su obra, como es el caso de la pintura al óleo, el diseño gráfico o la edición.

A diferencia de otros montajes expositivos de la obra de Luis Seoane, en los que se atiende a criterios no estrictamente cronológicos, en el caso del dibujo sí tiene sentido seguir una línea temporal a través de los ejemplos que nos dejó el artista, ya que Seoane no abandonará jamás la práctica del dibujo; de hecho, los fondos institucionales guardan curiosos ejemplos de la pasión que el pintor experimentó por esta técnica: dibujos en cartones usados, en servilletas, en cuadernos de notas, en toda superficie susceptible de servir de vehículo para la inspiración súbita excitada por un acontecimiento inesperado o, simplemente, llamativo, además de los álbumes y carpetas editados y realizados de un modo más planificado.

La exposición cuenta con ejemplos significativos que permiten al espectador rastrear la evolución de los dibujos y sus ramificaciones: desde los primeros trabajos en los que Seoane tiene presente la influencia de la Escuela de París (Naturaleza Viva, 1932), pasando por la relación existente entre el mundo literario y el pictórico (Rafael Dieste: Historias e invenciones de Félix Muriel, 1943; Rafael Alberti: El ceñidor de Venus desceñido, 1947), del que surgirán numerosos ejemplos a lo largo de toda su carrera; los álbumes como Homenaje a la Torre de Hércules (1944), su colección de dibujos más famosa y relevante, Paradojas de la Torre de Marfil, Teorema alucinado y Fardel de Eisilado, todos ellos de principios de los años cincuenta, hasta llegar a un estudio inédito sobre los bocetos realizados para los murales de Buenos Aires.

Además de los aspectos técnicos, en los que se observa la evolución de la obra desde sus inicios hasta los estudios sobre el color que trasladará a la pintura en caballete desde la práctica del mural, es importante destacar la variedad temática presente tanto en álbumes como en bocetos sueltos. Así, en Homenaje a la Torre de Hércules se configurará una mitología que devendrá propia del artista gallego: el mar, la mujer vestida y desnuda, los campesinos y su trabajo, las leyendas… en palabras de Valeriano Bozal "El Homenaje es una ofrenda, la de los trabajos y los días, la de la pasión por la naturaleza". Además de la influencia de Picasso, presente en estos dibujos, es importante observar otras fuentes de las que tomó inspiración Seoane, como fue el caso de George Grosz o el Castelao de Nós, en el caso de los dibujos satíricos o de intención política; los estudios de Léger sobre el color, en el caso de los murales; la temática del exilio en diferentes álbumes como Fardel de Esiliado o Teorema Alucinado y, a partir de los años 50, la aparición de la monumentalidad tanto en la pintura como en la obra en papel.