Según la física, la ortotropía es una cualidad según la cual, el comportamiento elástico de determinados materiales varía en función de la dirección en que se aplica la fuerza. La madera es un material de especialmente ortotrópico, de manera que su maleabilidad depende de la forma en la que incidimos sobre ella.

Se ha tomado este término científico para bautizar esta serie en la que Lizaso aún continúa experimentando, pues la interrelación entre artista y materia bien podría situarse bajo ese precepto. Así, el resultado final no depende exclusivamente de la intencionalidad del artista, sino también de la naturaleza del material que puede obligar al autor a cambiar el camino marcado en un principio, obligándole a experimentar nuevas vías y volúmenes, pero ... conservando la autoridad sobre el desarrollo plástico.

El proceso de realización trasciende por la influencia de su desarrollo en el resultado final, pero también por el valor añadido de oficio y técnica necesarios para realizar este tipo de obras, donde las manos del artista han estado en continuo contacto con la materialidad de la obra desde su concepción. El origen orgánico, vivo, de la madera y su metamorfosis a través del proceso creativo, se manifiesta en una experiencia tan sensitiva como estética.

En última instancia, el artista ha ganado la batalla doblegando lo que parecía ingobernable. Como un prestidigitador, y a través del ensamblaje crea la ilusión del pliegue, del rizo, de la pirueta... Torsiones imposibles se convierten en volúmenes que estimulan un recorrido visual por la sinuosidad de sus curvas, en un visionado por sus recovecos sin prisas, paciente, hasta aprehender su verdadera dimensión y plasticidad.