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Claudia Donoso (1955) se ha hecho reconocida en el medio nacional como escritora y periodista, con obras como 'Insectario amoroso' (Editorial Sudamericana 2004), 'Los días tuertos' y 'La manzana de Adán' (1990, en coautoría con la fotógrafa Paz Errázuriz), las dos últimas montadas por Alfredo Castro y el Teatro de la Memoria dentro de su famosa 'Trilogía testimonial de Chile'. En periodismo trabajó desde los años 80 en diversos medios nacionales, entre ellos, las ... revistas HOY, Apsi, Caras y Paula, destacando sus entrevistas a escritores y artistas visuales. Pero sus inicios están ligados a la fotografía: como reportera gráfica formada con el maestro Eliodoro Torrente, Premio Nacional de Periodismo 1957.

En 2007, Claudia Donoso decidió dejar de escribir. Trató de 'olvidar escribir', dice, pasando por un intenso proceso de revisión interna. De ese trance existencial surgió el cambio de giro expresivo hacia los lenguajes visuales que muestra por primera vez en Casa E: 'Aburrida de mi propia historia, intenté una manera de desorganizarme completamente, sin objetivo conocido fuera del gesto interno. El tempo del periodismo siempre fue contrario a mi naturaleza y escribir literatura cuesta demasiado. En cambio, al trasladarme a la artesanía de componer con imágenes, la cosa se pone gozosa para mí'.

En los collages de la exposición 'Jolie Madame', están la catarsis, la disgregación, el fragmento y un nuevo orden de las imágenes encontradas. La artista se 'acriminó' con libros y revistas antiguos, generalmente de los años 60, con verdaderos tesoros, enciclopedias juveniles y publicaciones de arte, que recortó siguiendo el hilo de un particularísimo relato interior 'calificado de 'libertino' por el poeta Armando Uribe', precisa Donoso.

Los restos que trabaja revelan iconografías recurrentes: abrigos de visón, joyas, fragmentos de pinturas del arte universal, de antigüedades y decorados de interiores, que se van urdiendo con colores parcos, en espacios dislocados y texturas profusas. Sobre lo arbitrario de las mezclas, surgen formas corporales, orgánicas e incluso genitales. Las imágenes resultantes producen un efecto envolvente y extraño, donde la nostalgia de lo femenino y de un glamour de otro tiempo remiten simultáneamente a fiestas y rituales de duelo.

La serie comparte el talante barroco e inquietante de 'Insectario amoroso', y se abre a un mundo femenino cargado de un sombrío erotismo y de un humor negro que ironiza eficazmente con el glamour de los años 60.