Jorge Núñez vuelve a Madrid con sus paisajes castellanos. Son paisajes depurados en los que sabe prescindir de todo aquello que no es necesario. Como dice José María Arenaza "hay paisajistas que pintan lo que ven, otros lo que sienten, algunos lo que intuyen. Los primeros la realidad, los segundos el esqueleto. Los demás el espíritu. Jorge Núñez pertenece a este último grupo. Muy reducido porque para ello no solo hay que saber mirar, -todo un arte- sino saber ver. Aunque ciertas cosas no se perciben a primera vista. Y hay que volver sobre lo visto. Lenta y atentamente."

Jorge es un pintor de una extrema delicadeza al que le gusta decir que Juan Ramón Jiménez ha sido constante inspiración para su obra pictórica. Cree que pintura y poesía están íntimamente ligadas, y se nota cuando el espectador se encuentra delante de uno de sus cuadros. Defiende, retomando las palabras de ... Juan Ramón Jiménez, que "la obra de arte, como la obra de la naturaleza, debe tener en sí misma su espada: la flor convence con el aroma, la fuente con frescor y con cantares, la mujer con miradas y con besos. Y así se defienden."

No es un pintor que vaya imponiendo su nombre con ruido, bien al contrario, cree, como dice Juan Ramón Jiménez, que "el error de los fundadores en arte, como de los fundadores de religiones, está en creer que puede haber muchos hombre iguales a ellos. Cultivemos aisladamente nuestra personalidad. No queramos ser maestros ni discípulos de nadie."