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Justamente hace un año que esta Galería presentó al artista José Antonio QUINTANA con una serie de visiones sorprendentes y personales del paisaje. Los tonos y colores de los que se 'apropió' el pintor, siguen siendo la impronta que su mano utiliza con magistral lirismo salpicado con la viveza de unos 'tics'a base de collages que, más que añadidos, son alma de lo pintado.

Esto de los tics del collage es algo traidorzuelo cuando no se ... sabe manejar. Puede producir -aún a estas alturas de la historia- un asomo de desconcierto por parte de algunos que no sean amigos de las integraciones. Pues bien, el collage cuando está bien aplicado, puede llegar a convertirse en veladura más o menos matérica. El quid de la cuestión quizás radique en el buen uso y no en el abuso del mismo. El collage creo que no debe empujar a lo pintado, sino que entiendo que es un compañero que, yendo de la mano de la materia, hace que el conjunto crezca equilibrado, sin quitar peso de aquí o de allí. Es una especie de soplo que brota solo pero que necesita trabajar en compañía. El collage se utiliza en ocasiones como quien da una bofetada a lo expresado en la tela y, si se sabe hacer, el resultado es excelente, yo no lo dudo y estoy harto de verlo. Ahora bien, el collage tan reiteradamente dicho, creo que ha de ser un complemento y sólo en ocasiones puede ser lo contrario. Esto es sencillamente un criterio. Otros opinarán de manera diferente y escucharé lo que tenga que escuchar porque nunca es tarde para eso.

Pues bien, ahora QUINTANA ha movido la paleta sin abandonar su lirismo natural y entra con pleno acierto en otros 'descubrimientos' que nos demuestran que estamos ante un artista que no se está quieto y sigue avanzando desbrozando nuevos horizontes. La muestra de lo dicho está en las nuevas series colgadas en esta exposición en donde, pieza a pieza, nos encontramos con la fulgurante aparición de coloridos valientes y plenos de nuevas luces. El paisaje sigue siendo el paisaje y lo urbano sigue siendo urbano pero enriquecido de manera magistral con los novedosos impactos coloristas que llevan consigo. Es un paso delante de los muchos que QUINTANA está en disposición de dar y ya está dando. Insisto en lo últimamente mencionado. Ojo y atención a la irrupción de este artista en los nuevos tratamientos del color. Estamos ante un pintor que sabe lo que quiere y lo consigue. Esto ya lo advertí en su exposición anterior y ahora me afirmo en lo dicho. Que nadie pierda de vista las maneras de este hombre que se ha zambullido en nuevas gamas cromáticas llenas de fulgor y vida.