Otton Piene [Bad Laasphe,1928 – Berlín, 2014]. uno de los pioneros en el uso de la luz en el arte y cofundador del Grupo Zero, se interesa por las posibilidades de esta “materia” después de haber vivido en la larga noche de la 2ª Guerra Mundial. Al finalizar el conflicto el artista deja atrás un mundo de sombras y comienza a trabajar con la luz, quizás como respuesta a una necesidad y como la fuente natural de energía para crear una obra nueva que surge ante la perspectiva de una realidad más luminosa…aún por llegar.
Poco antes de su muerte el artista comentó, no sin resignación, cómo la humanidad olvida con rapidez los acontecimientos terribles del pasado. Precisamente en ese olvido es en donde acechan las sombras inciertas de un presente confuso e inestable que da refugio a un nuevo enemigo oculto bajo múltiples identidades. Me pregunto si nuestra sociedad...sería diferente si tuviésemos más tiempo para observar y ver con ojos curiosos la naturaleza que nos rodea para así explorar y sentir el mundo en su esplendor.
Somos uno con el universo mientras danzamos bajo el sonido de la oscuridad en una única voz que se escucha cuando el clamor del día desaparece, en ese momento que la luz debilita un temor en las tinieblas y trae consuelo al inmenso vacío que nos acecha. Joseph aleja esa oscuridad con obras moldeadas por rayos de luna llena mientras una noche apaciguada por la luz revive e ilumina sus sombras. En el ocaso Elena Narbutaitė transforma esta realidad bajo un hechizo que ciega nuestros ojos con terciopelo y arena. y todo lo que permanece delante de nosotros se desvanece en ese instante secreto de silencio en el que volvemos otra vez...a ver.
Me viene a la memoria un episodio de La Montaña Mágica cuando su protagonista Hans Castorp recuerda un momento especial de su pasado. En él relata como aún con la luz del día descubre sorprendido en el mismo cielo el sol y la luna. Justo cuando la luz se debilita, en ese interludio en el que una cara del planeta se aleja del sol en su obstinado movimiento diario de rotación. Un instante evanescente en el que el satélite y la estrella se encuentran como una hermosa metáfora de vida.
Joseph imagina un nuevo umbral uniendo mundos diversos que emergen desde horizontes lejanos en el reflejo de un espejo, un lugar sin respuestas claras en donde solo encontraremos un rompecabezas de incertidumbres fugitivas. Entramos una endeble puerta metálica atraídos por el eco contumaz de una sintonía y enseguida intuimos la naturaleza volátil de las cosas que solo permanecen en nuestro imaginario personal: estrellas parpadeantes en la noche como un corazón que late rápidamente en la negrura, mientras el silencio agudiza el fluir de la sangre por nuestras venas y los cuerpos se sincronizan con el ritmo de las estrellas que brillan.
Luz que emana sutil en la obra de Elena Narbutaitė, alumbrando zonas que habitan la obscuridad de nuestra mente, páramos ahora iluminados por ese destello olvidado que hace visible lo invisible. En cada nueva incursión la artista ejerce un pragmático sentido de lo real que le permite interpretar con soltura el objeto de su estudio y llevarlo hacia otras derivas que convergen en lo que serán futuras estrategias de su investigación.
Acompañada de cometas de colas doradas, nacientes nebulas plateadas o verdes estrellas latentes…así imagino a Elena Narbutaitė en su vagar por el mundo. Como un paseante nocturno que explora la noche decidido, como un personaje de Thomas Mann, de mente abierta y reflexiva, Elena nos invita a entrar en proyectos que hacen nuestra experiencia cotidiana ligera e inesperada.
Joseph recibe el nombre del Libro de Thomas Mann Joseph y sus hermanos, la inmensa tetralogía, sin duda alguna su trabajo más ambicioso. En el libro el autor se sirve de la historia y de los mitos como un modo de superar la mentalidad cerrada del nacionalismo, avanzando hacia convicciones más abiertas que puedan ser entendidas desde una perspectiva universal. Aportando algo de luz y ética a este mundo tan necesitado.
Joseph de Elena Narbutaitė [Vilnius, Lithuania, 1984] es la segunda parte de una trilogía concebida por la artista, siendo su primera parte Roberts, Tulips&Roses, 2012, Brussels. Joseph se presentará acompañado de un libro en una edición de 100 ej. con aportaciones de: Alexhandra Sukhareva, Nikolai Krayevich, Raimundas Malašauskas y Francisco Salas.
*Especial agradecimiento a Mike Malkovas por Josehp columnist
Imágenes de la Exposición
Elena Narbutaite
Entrada actualizada el el 30 may de 2016
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