Este joven artista lleva toda carrera trabajando la plástica de la pólvora. Sus obras son una experiencia visual y olfativa. En esta serie ha querido mezclar el deporte con los animales. La técnica es sólo pólvora quemada, ni plantillas ni reservas... es único en esta técnica...
Como buscamos sin cesar, a veces, solo a veces, encontramos algo. El mérito, si lo hay, está en seguir en la tradición que evita el plagio, como mentó el ahora apartado Eugenio D’Ors. Los resultados se equiparan a la incesante curiosidad por la exuberancia del mundo.Aquí tenemos dos encuentros; con el bestiario como tema y con la pólvora como procedimiento.
Ambos antiguos, ambos conocidos y ahora amigos en la creación de la obra de Alejandro Vico.
La recreación de las figuras que nos presenta, siguen procurando esa enigmática y peligrosa advocación hacia lo más animal de nuestra alma, que ya explotó sin que nos diéramos cuenta, el...día de su in-descubrimiento como leyenda.
Dejamos, como resumen, la siguiente moraleja:
Como muestran estos lienzos,
no hay humano sin cabeza,
pero abundan las de sapo.
Alejandro Vico (1983) es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Granada. En 2012 fue Primer Premio Nacional de los Premios Ejército. Ya ha expuesto en numerosas ciudades como Sevilla, Granada, Jaén, Úbeda, Milán o Madrid, donde ahora presenta esta individual en nuestro espacio Art-Room.
Entrada actualizada el el 05 mar de 2018
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