La galería Herrero de Tejada inaugura Katheiro, la primera exposición individual de Yuniel Delgado Castillo (La Habana, 1984) en sus salas.
La obra de Yuniel Delgado Castillo se despliega como una apasionada defensa de la figuración, consciente de que necesitamos las imágenes o, recuperando la polémica iconoclasta, asumiendo que sin icono no hay nada.
El artista asume una postura antropológica y cuestionadora. Comprende lo cotidiano como tragedia y circunstancia; por lo que aparece como fundador de dos universos diferentes, dos realidades, dos caos, dos estados que confluyen y hacen del sujeto un ente diverso y revelador, ejecutante de su pensamiento y confuso en sus decisiones.
A partir de caóticas composiciones, alegoriza nuestro mundo de extrema violencia, invitándonos a purificar nuestra monstruosidad, a realizar una catarsis que tendrá que ser un compromiso moral intenso.
Catarsis: palabra griega que significa “purgar” o “limpiar”. Una etimología controvertible la hace derivar del griego katheiro: “librar a la tierra...de monstruos”. Katheiro en el sentido no de eliminación y desaparición, sino como “hacer salir”, “sacar a la luz”, “sacar aquello que traes dentro”.
En la obra de Yuniel Delgado Castillo encontramos un constante ímpetu por “sacar a la luz” esos lugares oscuros que se encuentran dentro de la psique humana, pero no en un sentido negativo o castigador sino en el sentido nietzscheano de “alumbrar la oscuridad”, hacer visibles los deseos y lenguajes del alma.
El cuerpo, en la pintura de Yuniel Delgado, es entendido como separación y partida, en palabras de Jean Luc Nancy. Cuerpos abiertos que se hallan en una constante tensión entre ellos y se relacionan entre sí hacia nuevas posibilidades de comprensión. La propia corporeidad del artista aparece, también, en el proceso de creación de su pintura.
Encontramos una espontaneidad anárquica a la hora de enfrentarse al lienzo, convirtiéndose en una acción casi performativa. El artista funciona como una especie de “medium” entre el lienzo y lo incognoscible, dejándose llevar por el espacio y trasladando al lienzo sus obsesiones y deseos más profundos, que nos hablan no solo de una conciencia de sí mismo, sino también de la condición de ser humano. El lienzo se convierte en acontecimiento y la pintura en medio sensible que nos permite acercarnos a lo real, sin máscaras, ni veladuras.
Según Fernando Castro [la estética de Yuniel Delgado Castillo] es una erótica de la imagen. Sus figuras tienden al desprendimiento de sí y hacia los otros. Retomando a Jean Luc Nancy, es el sentido del placer y del dolor donde se fragua la existencia pero también la fuga de uno mismo y la apertura hacia el otro. La pintura de Yuniel nos habla de encontrar un espacio donde el deseo no tenga que ser ocultado. Una manera de reafirmar la existencia -o hacerla más llevadera- mediante poéticas que sean capaces de ver belleza en los lugares más recónditos de nuestro ser.
Como decía Nietzsche “toda acción necesita el olvido como todo organismo tiene necesidad no solamente de luz, sino también de oscuridad”.
Entrada actualizada el el 08 oct de 2021
¿Te gustaría añadir o modificar algo de este perfil?
