Esta exposición retrospectiva sobre César Manrique, apela a la emoción para recorrer los espacios de la vida de César Manrique a partir de sus hallazgos: de la naturaleza al arte y del arte al compromiso con su tierra, queriendo indagar en los orígenes de esta preocupación por Lanzarote, y mostrar el peso que sus tierras y sus gentes tienen en tan importante obra pictórica. Pero fundamentalmente, quiere destacar su compromiso con el paisaje, su lucha por cambiar nuestra percepción del mismo, por exaltar la belleza de una naturaleza árida y el esfuerzo de los 'constructores' de la isla, capaces de sobrevivir en un territorio tan adverso, y que paciente y esforzadamente lo van modelando para hacerlo vivible.

La exposición, producida por CajaCanarias, ha sido comisariada por Joaquín Sabaté Bel, Catedrático de Urbanismo, profesor e investigador en la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) desde 1976, y Álvaro ... Marcos Arvelo Iglesias, Director de Acción Cultural de la Fundación CajaCanarias.

La muestra está integrada por 45 obras entre pintura, bocetos, fotografía, collage, escultura y diversos documentos e instalaciones que recrean el lenguaje plástico de César Manrique. Los fondos artísticos proceden mayoritariamente de la Fundación César Manrique, así como de otras instituciones y colecciones particulares, representando una amplia selección de la producción artística de César Manrique (básicamente de carácter pictórico), desde sus inicios, en la década de 1940, hasta sus últimos años, a principios de la década de 1990.

'César Manrique. La conciencia del paisaje', está integrada por doce secciones, que recorren de forma diacrónica la vida y obra de César Manrique. En las once primeras se abordan los primeros años de César Manrique en su isla natal, la impronta de la cultura popular en su pensamiento y obra, o la intensa relación existente entre su obra y el paisaje volcánico de Lanzarote. Asimismo, se repasan sus etapas en Madrid y Nueva York, sus influencias artísticas, sus inquietudes como creador y la propia consolidación de su lenguaje artístico, en el que se manifiesta su apego al paisaje insular a partir de una estética abstracta con la que recrea el dramatismo del paisaje insular, rico en texturas geológicas y colores. También se repasa la impronta de la arquitectura popular en el pensamiento y obra de César Manrique, su preocupación por la preservación del patrimonio arquitectónico popular, así como la faceta artística de César Manrique sobre el territorio, en los procesos de construcción de los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT) y en sus proyectos territoriales y, por último, su faceta activista, su compromiso con el territorio y con el desarrollo sostenible.

Por otro lado, la exposición también muestra una selección de la producción artística más reciente de César Manrique, desde la década de 1980 hasta sus últimas obras, mostrándose una escultura: La guerra (1990), siendo ésta la segunda vez que se expone fuera de la Fundación César Manrique.