¿Pintar flores es una cosa corriente; darles perfume, una facultad exclusiva de Dios? decía un antiguo y conocido aforismo que el pintor Marciel Paris Betio parece querer contradecir ahora. Así lo podrán corroborar todos aquellos que se acerquen estos días a la Galería de Arte Roberto Resino, donde una escogida muestra de su obra más reciente nos trae el aroma perfumado de miles de flores, vivaces y perennes, reales o imaginadas. Toda su delicada fragancia preservada por los pinceles.

Lo primero que sorprende al situarse ante estas obras es la energía de su técnica: esa capacidad de captar la belleza viva, mezclada con una sutil intuición impresionista. La pincelada nerviosa va configurando, casi sugiriendo, pétalos, estambres, filamentos, en una arrebatada vitalidad colorista. Una técnica innovadora y original para expresar un ... motivo tan antiguo como la propia pintura.

Lo segundo, es la admirable capacidad plástica, la maestría del artista para concertar delicados bouquets de todo tipo de flores, configurando espacios de luminoso colorido; espacios tan espontáneos como simbólicos que, a pesar de su necesario estatismo, resultan sorprendentemente animados. Una llamarada de colores llena de vida y de fragancia los lienzos, requiriendo del espectador la capacidad sinestésica de trastocar vista por olfato para poder aspirar así las fragancias emanadas por las palpitantes pinceladas.

Bajo el revelador título de 'La flor de la Vida' la galería Roberto Resino mostrará  desde el 8 de mayo hasta el 3 de junio esta exquisita selección de la obra más reciente de este joven artista, inédito en España. Una docena de obras que pueden contarse entre su producción inmediata más sobresaliente, delicadamente presentadas en este acogedor espacio que en los últimos años se ha caracterizado por ofrecer el mejor y más actual arte contemporáneo.