En 1993, con sólo 27 años, el fotógrafo francés Patrice Loubon cruzó el Atlántico para aventurarse en La Habana, Cuba. El resultado de esa experiencia, que lo impactó profundamente y marcó una ruta en su trabajo visual, es lo que puede verse en la muestra LA HABANA 1993, que se exhibe en nuestro Centro Cultural.
La capital cubana en la década del noventa era un escenario suspendido en el tiempo, donde conviven los vestigios de diferentes culturas y sistemas de gobierno, y Loubon se quedó seis meses compartiendo con los lugareños y respiró su esencia más íntima. Esto explica que sus fotos transmitan una profunda humanidad y estén “lejos de los clichés que dejan el sabor fugitivo de una aventura sin futuro. Porque es una historia de amor. Un amor que no camufla la fatiga o las arrugas bajo el ojo y que se centra precisamente en aquellos momentos en que...la ciudad domada, se sorprende en su autenticidad”, indica Marie Van Hamme.
Van Hamme, coautora de varias de las publicaciones de Loubon, agrega: “Patrice Loubon reivindica el aspecto testimonial de la fotografía, grabado en un espacio y momento específicos. Debe ser objetivo: distancia y discreción del fotógrafo obligan. En esta serie, su obra tiene valor documental, histórico, etnológico y social”.
Entrada actualizada el el 12 nov de 2018
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