Ada Pérez García (Avilés, 1963). Licenciada en Psicología en 1987 por la Universidad de Oviedo. Hasta 1991 asiste a diversos cursos y talleres relacionados con la pintura: “Artesanía textil”, especialidad Telar de Alto Lizo; “Pintura Experimental”, con Ángel Nava; “Análisis Formal de la Pintura”, con Pepa Pardo; Talleres “Culturaquí”, con Hugo O?Donell; “Diseño Creativo Asistido por Ordenador”, en el Centro de Formación en Nuevas Tecnologías, de Roces. Fueron seleccionadas sus obras en el Certamen Regional de Artes Plásticas, del Principado de Asturias, 1988; en la I y III “Muestra Itinerante de Mujeres Artistas del Principado de Asturias”, 1991 y 1993; en el XI Certamen de Pintura “Nicanor Piñole”, Sotrondio, 1994. Participando en diversas exposiciones colectivas hasta mediados de los 90: “Muestra de Arte Joven”, Avilés, 1992 y 1994; “Semana Joven-Tú”, Sama de Langreo, 1992. Cacho Sierra aparece exponiendo por primera vez en 1992 en el Café Gijón, sigue en el ... Café-Bar Musseum, y llega al Café-Bar Cícero de Oviedo, y a la Casa de la Juventud de Avilés, en 1993, con la exposición titulada “Hasta la Cocina” (con presentación de la directora de cine Lucinda Torre). La siguiente exposición, “La memoria en las manos”, pudo verse en la Capilla de San Pedro de Gijón, en 1994; y en el Café Bar “?” de Avilés en 1995.

Después de 10 años lejos de circuitos artístico-comerciales, A.D.A. Cacho Sierra reaparece en 2005, en la exposición colectiva “ARTE POSTAL AUSCHWITHZ” - Donde el silencio llora-, y en el Club Zayas de Madrid, en marzo de 2006, con la exposición individual“Simbolismo Abstracto” (así bautizada y presentada en sociedad por Pedro Fuentes, pintor y crítico de arte). Esta pudo verse también en Mayo en el Cibercentro La Lila, de Oviedo. En ella se encuentran obras de las primeras etapas (“Resumen de noticias”, “Desencuentros en Bangkok”,...) y nuevas, en las que se revisan géneros clásicos de la pintura como el bodegón o el retrato (“Ana en la higuera”), y se ofrecen diversas soluciones a problemas planteados ya en el proyecto “La memoria en las manos”, en cuanto a la consideración del cuadro como objeto y como espacio, desligándolo de sus marcos, estructuras y soportes habituales, dando como resultado cuadros reversibles, que se pueden ver y mirar por ambos lados (“Homenaje a J. Pollock”, “Del derecho y del revés”...). Técnicamente se sigue el trabajo con materiales sencillos, de uso cotidiano, de desecho o de fácil adquisición, que permiten pintar en cualquier tiempo y lugar, y con supuestos y métodos de tradiciones pictóricas occidentales del siglo XX como: dadá, expresionismo abstracto, póvera, informalismo, conceptual...