Me llamo Katarzyna Rogowicz y soy artista poliédrica. Es a través de la creación la única manera que tengo de entender el mundo, de llegar al autoconocimiento. Creo firmemente en que el arte debería constituir una parte importante en la educación de las personas, puesto que además de una eficaz forma de introspección, tiene un potente efecto catártico: es un modo de expresar vivencias, emociones y sentimientos.
Diría que por mis orígenes bálticos (nací en Polonia) me he sentido siempre atraída por la estética, el diseño, la moda, la ilustración o los dibujos animados. Pero desde que resido en Murcia hace 25 años me he apropiado de la intensa luz del Mediterráneo y de la calidez de su cultura popular. Todo ello está presente en mi personal imaginario.
La Naturaleza es una de las constantes en mi obra, puesto que es en ella donde encuentro mayor inspiración. Dibujar del natural, en...silencio y acompañada del canto de los pájaros me proporciona momentos de intensa creatividad. Me interesa ahondar en el concepto de tiempo, en la temporalidad o relatividad del paso del tiempo, en el sueño o la ausencia del mismo, el insomnio, entendido como un instante en el que toman forma futuras imágenes de ensoñación.
La otra cara de la luna es una intervención especialmente pensada para el espacio expositivo que Roberto Verino me ha brindado en su tienda más querida y que tiene por objeto acompañar y dialogar con su colección Otoño Invierno 2019/2020. Sin dejar de mirar a la Naturaleza y tras intensos años de investigación a través del dibujo, mezclo el glamour de las revistas de moda con motivos vegetales. Además, me he inspirado en el gran acontecimiento de la llegada del hombre a la luna, del que celebramos justo ahora el 50 aniversario. Pero tengo especial curiosidad por lo que sucede en el backstage, en el misterio de lo que no se ve, es decir, en la otra cara de la luna. Por ello he confeccionado estas obras a base de tonos que me recuerdan al sol plomizo, al ocaso de luz cálida o a la tarde anochecida.
La exposición consta de una serie de 22 dibujos, algunos de ellos formando dípticos o trípticos, realizados a tinta china con toques de pigmentos de colores como el azul Klein, fluorescentes o metalizados. Consigo sombras y volúmenes mediante la técnica del collage y fotografía, en la que empleo materiales como papeles japoneses entintados o de decoración antiguos, recortes de revistas, fragmentos de tejido reciclado y elementos vegetales.
En este breviario visual que constituye La otra cara de la luna, en el que a través del dibujo hilvano mi propio lenguaje, el espectador podrá quizá contagiarse de la fascinación que siento por lo oculto y encontrar otros muchos matices y significados.
