Esta exhibición reúne más de 40 fotografías color, toma directa, de los últimos años y un video que permite conocer distintas facetas del artista. En la sala principal, las imágenes contrastan recortes de arquitecturas -entre abstractas y geométricas- y espacios repletos de objetos que se multiplican, en alusión al barroco latinoamericano.

La sala más pequeña alberga imágenes que remiten a la naturaleza, en las que se percibe doblemente la herencia de la pintura en el lenguaje artístico fotográfico. En ese sentido, las fotografías de esta exhibición compendian tradiciones, anotan misterios, acentúan el fecundo encuentro entre luz y sombra, revelan la naturaleza que, también, Castillo recrea artificiosamente.

Castillo se acercó a la fotografía a los 13 años y, desde entonces, entre la persistencia y el juego, se expresa sensible y apasionadamente.