A lo largo de la historia del arte la naturaleza ha participado en la expresión artísticaformando parte de su discurso de una u otra forma. El interés por la naturaleza está presente desde su origen en cualquier manifestación artística del hombre. El agua, la tierra, el fuego o el aire son elementos con los que tenemos que convivir y que utilizamos en la construcción de un mundo propio en función de nuestras necesidades. El mar ha sido desde la antigüedad uno de los elementos naturales que ha protagonizado la relación entre los artistas y la naturaleza. El sentimiento de belleza que genera la presencia física de estos elementos hace que surjan necesidades expresivas que nos conducen a su manipulación.

La Marina, término con el que se define el género pictórico que utiliza el mar como protagonista de su representación, va a generar una relación muy particular del artista ... con el paisaje que le rodea. Recientemente los artistas del Landart recuperan la importancia del paisaje como sujeto-objeto que es susceptible de alteraciones diversas. Ese lugar y sitio o, estado ocasión y disposición de algo, es utilizado por estos artistas estableciendo una nueva relación con la naturaleza. Estas obras han generado una compleja teoría sobre el site (lugar) y el nonsite (no-lugar). La creación de estos términos surge por la necesidad artística de lo que se llama una apropiación del lugar mediante la acción o intervención de un autor, que es quién tiene una nueva experiencia de esos lugares a través de estos objetos.

El objeto-cuadro se articula en esta exposición como lugar sobre el que el artista ha realizado la acción de una expresión personal. La pintura como lugar delimita y cierra las fronteras de la acción como consecuencia de esa nueva experiencia de la naturaleza.

Artistas como Miquel Barceló mantienen en su obra la importancia de la relación con el entorno paisajístico al que pertenecen. Málaga y el mar están presentes en la naturaleza de Óscar Pérez de manera muy especial. Desde el gesto primario hasta la pintura de acción hemos navegado hasta llegar al accionismo conceptual en la naturaleza. Del lugar al no lugar, de los límites abiertos a los límites cerrados, de la indeterminación a la determinación, de lo dispersado a lo contenido, de la certeza a la incertidumbre, volvemos a dialogar con la pintura. La pintura como lugar abstracto donde encontrar esas reminiscencias de la nueva experiencia con la naturaleza. Dentro de una estética minimalista encontramos telas tratadas con diferentes absorciones de líquido, sensibilización de los soportes, texturación de las superficies de los papeles, el espesor, la huella,el gesto, y como no la calidez de la impresión gráfica sobre el papel de grabado.