La porosidad es un porcentaje de “espacio vacío” en el volumen de la cosa, ausente del material del que está hecha -un hueco-; algo así como el porcentaje de deseo en la naturaleza de querer ser otra cosa latente, por ejemplo, al interior de la semilla que colaborará con la tierra para convertirse en un árbol que, como nos dice la artista, no tendrá la vida suficiente para alcanzar ninguno de los extremos que crece buscando: el centro de la tierra con las raíces hacia abajo, el cielo hacia el que se levantan tronco y ramas. “La porosidad del espacio”, donde podríamos entender una ausencia de espacio que según nuestra costumbre más arraigada llenaríamos con tiempo, puede ser sobre todo la que refiere una ausencia de límite continental que determina la separación de los cuerpos con respecto a un “afuera” en el que se encuentran contenidos: es poroso, tiene huecos,...precisamente porque ha sido atravesado por los cuerpos, porque son éstos mismos en un accionar constante – con la estrategia de la gota de agua – quienes han espaciado su existencia; y aquí aparece el tiempo: los cambios en los que se reparte la existencia, la comprobación de pasar de un estado a otro mientras duramos.
Entrada actualizada el el 17 sep de 2019
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