La muestra deja constancia de la evolución y depuración que ha impulsado la obra de Calzadilla en los últimos años. Se trata de litografías sobre aluminio y xilografías realizadas en los años 2007 y 2008 y las más recientes estampas digitales de este 2009.

En todas ellas encontramos un motivo real (objeto o animal) reconocible, aunque descontextualizado. Realista en su factura pero imaginado en su entorno, bien por desaparición del mismo o por su particular punto de vista, lo que dota de nueva vida o significado a esas imágenes. Así, unas rayas pueden ser troncos e incluso todo un bosque y un ciervo el protagonista de un inusual primer plano.

Estos temas se abordan sin artificio, con un sólo color que juega con el ... fondo y el papel soporte, ya sea este negro, entablando contraste, o papel kraf, cuyo color y verjurado se combinan con las betas de la madera que se aprecian en las suaves capas de blanco que dejan en negativo las siluetas de los objetos y seres que habitan sus obras.

Calzadilla minimiza sus recursos, tanto de cromatismo como de composición para llegar a la esencia de la imagen, a lo mínimo, y desde ese punto entrar por la retina en el alma de quien contempla sus obras para dotarlas de significados.