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La existencia, desde una perspectiva hedonista, está contenida entre el nacimiento y el deceso. El lecho, el camino y la sepultura. Cloto, Láquesis y Átropos. Son las escenas desde las que surgen las preguntas primarias que conectan el "yo" con los misterios del nacimiento, la evolución y la muerte.

Las arrugas y pliegues de las sábanas son un paisaje abstracto y confuso dibujado por las reglas del azar, donde no es posible permanecer inmóvil. Entre el sueño y la vigilia, los proyectos y las pesadillas, el sudor del parto y el del apareamiento comienza la jornada.

El camino son las huellas y el deseo, ir a donde se improvisan las certezas y no regresar.

Las fuerzas centrífugas desencadenan la decadencia y la disolución.

Nuestro "yo" es, desde el comienzo, el centro del miniuniverso personal.

Cada individuo busca su placer, evita el ... dolor y procura su expansión retando a lo ineludible de la muerte y lo fugaz de su temporalidad. Así el comportamiento del sujeto se debate entre el principio de justicia y el de depredación. Tal vez, de este modo, ayude a la especie.

¿Hay algo más importante que la vida personal?