Es un privilegio para la Galería Marc Domènech presentar la segunda exposición dedicada al arquitecto y artista Charles-Édouard Jeanneret-Gris, conocido a partir de 1920 por el seudónimo Le Corbusier (1887 – 1965). “Le Corbusier. Dibujos y collages” presenta una recopilación de 20 obras sobre papel, que cubren el período comprendido entre 1919 y 1960 y nos propone un recorrido por las etapas más interesantes de su importante carrera a la vez que nos permite disfrutar de muchas de sus series más reconocidas. La exposición quiere poner en valor la creación plástica del artista que realizó a lo largo de toda su carrera profesional. De hecho, pese a su fama mundial como arquitecto, diseñador y urbanista, siempre incorporó la pintura en su vida. En 1936 escribió: "soy arquitecto, pero también pintor (...) tengo dos corazones".
La muestra comienza con varias obras muy características de su etapa purista. Los papeles Nature morte, pile...de assiettes, escuadra et livre ouvert (1919) [Cat. nº 1] y Nature morte puriste à la lanterne et à la guitarre (1920) [Cat. nº 2] son algunos de los ejemplos de esta etapa en la que pretendía neutralizar las modificaciones extremas del cubismo, “renegar de la falta de rigor” y devolver los objetos a “las reglas de su constitución”.
Unos años más tarde, el interés por el biomorfismo y la siempre fundamental influencia del entorno y el medio natural en sus creaciones queda patente en piezas como Écorce, coquillage et femme assise lisant (1932) [Cat. nº 6] y Composition surréaliste. Coquillage et racine (1939) [Cat. nº 7]. Para Le Corbusier, elementos como la corteza de los árboles, los caparazones de marisco, los cantos rodados... eran el resultado de las leyes de la física, de la erosión y la división y por este motivo “no sólo tienen cualidades plásticas, también un inmenso potencial poético”.
La escultura también formó parte de su evolución como artista y obras como Tête de taureau et galet (1940) [Cat. nº 8] o Projet de Sculpture (1946) [Cat. nº 10] son buena muestra de ello. Para él, sus pinturas “pueden convertirse en esculturas policromadas. El color otorga vida a la escultura y la arquitectura. Es posible esculpir una pintura” y lo logró de la mano del tallista Joseph Savina, quien produjo la primera escultura de un dibujo que Le Corbusier hizo en 1946.
En la última etapa de su carrera se hace cada vez más evidente la necesidad de hibridar y metamorfosear los distintos símbolos, formas y figuras que habían ido apareciendo de forma recurrente en sus obras. Objetos, caparazones, guantes, cuerdas, raíces, copas, cuerpos de mujer, cabezas de toro... son sólo algunos de los ejemplos que habitan constantemente el universo creativo del artista y que a menudo surgen de un ingenioso proceso de transmutación, o ellos mismos son alterados, a fin de examinar otros caminos. De hecho, en 1951 comienza su gran serie Taureaux después de observar horizontalmente la imagen de una tela vertical pintada 30 años antes con los clásicos objetos puristas de aquel período.
La obra pictórica que Le Corbusier produjo a lo largo de su vida fue, por tanto, una especie de estandarización de los símbolos que él mismo iba creando. Los utensilios de la etapa purista, también los posteriores, fueron manipulados, transformados o sustituidos por emblemas universales y el resultado de este proceso dio vida a un lenguaje visual lleno de continuas autorreferencias. Esta exposición nos muestra, pues, cómo sus dibujos y collages pivotan siempre sobre unos ejes muy concretos, reinterpretándose y mutándose hasta encerrarse en sí mismos creando un mundo extraordinariamente bien enlazado. Tal y como Juan José Lahuerta comenta en el texto del catálogo de la muestra “... basta (...) con echar una mirada a sus publicaciones, a los volúmenes de su Obra completa, a los catálogos de sus carnets o de su obra plástica para ver cómo el dibujo le acompañó, de forma pacífica o violenta, con amistad o resistencia, en todos y cada uno, no ya de los días, sino de los minutos de su vida. Él mismo decía, al final de sus días, que si 'el dibujo puede pasar del arte, (...) el arte, en cambio, no puede expresarse sin el dibujo, y que no es necesario buscar más allá [del dibujo] la clave de mis obras'”.
Entrada actualizada el el 14 nov de 2023
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