El instante fotográfico para mi es intuitivo, una pulsión inevitable. En ese momento creativo emerge mi inconsciente para guiar las decisiones. En la inmediatez digital, el otro ojo, el racional, mira y luego opina y dice más acá o más allá y vuelve a repetirse la secuencia cuando la situación lo permite. Muchas veces durante el proceso de Límites invisibles deseaba desvanecerme para no interferir y lograr la imagen lo más vivaz y natural posible, para capturar ese gesto único y genuino que se revela casi imperceptible y así acercarse a poder reflejar un ínfimo fragmento de realidad. Un complejo aprendizaje que tuve transitar fue romper la barrera de la inhibición para poder fluir y fotografiar en un espacio donde la mayoría de los presentes no quiere estar.
Me interesa explorar lo ilimitado que es muy difícil de aprehender por eso pensé que un camino posible era a través del reconocimiento...de los límites propios. Una vez que uno los concientiza se puede entender que en la mayoría de los casos no son más que una construcción mental con la que hay lidiar para poder crecer y expandirse, deshacer preconceptos instalados y mantenerse abierto y atento. En este momento de tanta separación y tantas barreras entre nosotros quise evidenciarlos y cuestionarlos de alguna manera.
Entrada actualizada el el 18 ago de 2019
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