Lléveme a la fama
De lo inscrito a lo transcrito.
La obra de Christian Salablanca no solamente se inscribe en su contexto sino que nace del mismo, las problemáticas centrales de su trabajo como la vulnerabilidad del cuerpo y del afecto, provocadas por la marginalidad que suceden en economías y políticas ya sea lícitas o ilícitas de los espacios que habitamos, esas ideas se encuentran inscritas en la memoria, en el cuerpo y en su propio espacio. Se generan del vivir o sobrevivir en la vida cotidiana, como lo resume el propio artista cuando parafrasea “el barrio lo marca a uno”, gestos de transgresión que se producen y reproducen y que más tarde se
transcriben de generación en generación.
Por otro lado el ejercicio de transcribir hace referencia a la actitud del artista, algo similar a la actitud del etnógrafo de recopilar datos desde diferentes fuentes, ya sea orales, visuales e incluso sensoriales, lo...que advierte un estado constante de vigilancia, de estar alerta, muy parecido a la que se manifiesta en contextos de pervivencia. Transcribe esa información por medio de su práctica artística usando como recurso el acto de nominar, es a través de la palabra que manifiesta experiencias cotidianas que se traducen en statement y en mecanismos de defensa. El uso de la palabra lo vincula con objetos e imágenes que representan simbólicamente la violencia tales como hachas, yerras, armas de fuego, entre otros; ese vínculo el artista lo hace efectivo al transgredir el propio objeto escribiendo en el mismo su historia y su destino.
Christian extiende el uso del lenguaje a través de los títulos como parte de la materia misma de la obra puesto que son una especie de diálogo entre obra y espectador, en algunas ocasiones se comporta como una voz omnisciente que completa o continúa la historia ya contada por el objeto. “Lléveme a la fama” sintetiza las ideas que hemos escrito hasta el momento, tiene una naturaleza anónima que se transcribe a lo largo del tiempo por medio de la oralidad y que es usada en barrios marginados para activar una economía subterránea. A la misma vez que hace referencia a esos espacios sociales traslada esas preocupaciones a los espacios simbólicos y de producción del arte.
“Lléveme a la fama” es una oportunidad más de permanecer, de sobrevivir a espacios y contextos que nos ponen en situaciones vulnerables, no desde una posición que nos haga salvaguardar nuestro cuerpo ni tampoco por la defensa y mucho menos la devolución de la violencia, sino desde el acto político de nombrar y difundir la voz de los que no la tienen.
Entrada actualizada el el 02 ago de 2018
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