Proveniente de una tradición de alfarería tradicional y de cinco generaciones hacedoras de imágenes, la artífice Nayadet Núñez propone un nuevo imaginario a partir de la articulación de saberes del matrilinaje presentes en el arte ceramista de Quinchamalí (Región del Ñuble), caracterizada por la greda negra incisa y configurada por iconografías no-móviles.
Su práctica artística disuelve la frontera entre lo que se considera arte popular con lo canónicamente establecido para las artes visuales. Esta eliminación de barreras que obedecen a la organización cientificista y académica, permite la alteración de las narrativas y el entrecruce con producciones incómodas y no homogéneas para la grilla institucional. Torsos femeninos desnudos realizados bajo la técnica tradicional quinchamalina, actúan como bisagra entre la herencia del hacer popular, con el problema de la representación de memorias personales y comunitarias, especialmente las femeninas.
El trabajo situado de Nayadet Núñez apela a las historias asociadas al territorio que...[la] habita, como este retrato de su bisabuela —matriarca de la tradición alfarera—, revelando posibles formas de ser y estar en un espacio ruralizado y agenciado. La constante reafirmación del estereotipo occidentalizado de la Venus blanca, sorprendida en su individualidad e intimidad, se ve así enfrentada y contenida por las corporalidades históricamente subalternizadas en un proceso de creación de imágenes emancipadoras, rebeldes, de autoalteración de la vida, de intensidades subjetivas y micropolíticas.
Imágenes de la Exposición
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Entrada actualizada el el 16 mar de 2022
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