La exposición 'Sobre lo que nos trasciende. Libertad y potencia en la obra de Javier Martén', se organiza en Casa de América con motivo de las actividades en torno al Orgullo LGTB de Madrid 2019.
A primera vista observamos que las pinturas de Javier Martén aluden, sin ser representativas, a la exuberante belleza del contexto natural de su región natal centroamericana. Decimos con precisión que aluden porque en su caso, las transferencias de similitudes (de la representación verosímil) de las que hablaba el filósofo francés Gilles Deleuze (1925-1995), no se dan de forma directa, sino mediada por el despliegue de una sintaxis visual más emparentada con el abstraccionismo de corte biomórfico y por sentado, por la proyección (especulativa) de esa dimensión sublime y trascendente de la que hablaba Kant, en cuanto a que en ella se metaforizan las fuerzas cataclísmicas de la naturaleza, dejando entrever su potencial dinamismo petrificado en una...danza plástica donde figura y fondo interactúan sin cesar. Su obra, por lo tanto, es la del establecimiento de parentescos sensibles (por sus cualidades plástico-formales con oscilaciones orgánicos-sintéticas), enraizados en una escala sobrehumana dado a la replica de una exuberancia “tropical” a través de la ejecución de sendas composiciones cromática sustentada en una libertad de movimientos que, aunque parecieran entrópicos (como en la naturaleza), dan sustento a su estructura compositiva.
Por cuanto la suya es una obra de ecos y remembranzas, su dimensión meta-humana, es decir, “trascendente” y que tiende a lo sublime, se transforma en un complejo dispositivo mediante el cual asimilamos nuestro lugar en el cosmos y nuestra verdadera dimensión ante lo inconmensurable. Su opción temática resulta de ese anhelo de retrotraer, proyectar y transmutar su hogar en el lugar de los recuerdos como si de un ritual se tratara, para comprobar lo que decía el gran Gastón Bachelart en su Poética del Espacio. quizás las pinturas de Martén no sean más que una “estrategia de caracol” con el deseo de cargar su propio hogar a cuesta.
Soy de los que piensan que la obra de arte es esencialmente nuestro propio desdoblamiento, y en ese sentido nuestra revelación más íntima. Posiblemente Marten, a través de este desdoblamiento vital, nos habla de sus múltiples pareceres, y nos dice que el territorio de la creación es el de la especulación creativa, en ese que se da su despliegue más natural y genuino, en el que se desnuda ante nosotros. Quizás aquí nuestro artista costarricense nos recuerda a través de su obra que de lo que se trata la vida (al igual que el arte), es de la felicidad, aquella que se consigue en la libertad, tolerancia y respeto.
Néstor García
Bogotá, mayo de 2019.
Entrada actualizada el el 14 jun de 2019
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