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Cultural Cordón acogerá desde el 17 de mayo hasta el 26 de agosto Los Inquietos. Iconos de la fotografía española, una muestra presidida por un lenguaje conciso y directo y una composición atrevida, que comprende 124 obras pertenecientes a la Fundación Foto Colectania y a 17 autores diferentes. Se trata de un conjunto extraordinario reunido con el propósito de ofrecer una amplia panorámica de la creación fotográfica en España en un momento crucial, los años cincuenta y sesenta.

La exposición acerca al público la mirada de distintos grupos de fotógrafos que, desde diferentes lugares del país, se esfuerzan por romper con las normas impuestas en salones y concursos establecidos y mostrar, por el contrario, las múltiples caras -no siempre amables- de un país en plena transformación.

Los autores forman parte del grupo de fotógrafos indispensables a la hora de conocer la historia del arte español, y sus imágenes constituyen por sí mismas referencias obligadas en el imaginario colectivo de nuestro país. Las escenas de calle de Joan Colom, los seminaristas en pleno partido de Ramón Masats, la amarga despedida del emigrante recogida por Manuel Ferrol, los niños que posan como adultos ingenuos para José Miguel de Miguel, la equilibrada e inverosímil carga que transporta el mozo de cuerda captada por Xavier Miserachs o las emocionantes imágenes de la España más atávica, documentadas por Sanz Lobato, son verdaderos iconos de nuestra cultura reciente.

La selección. Los Inquietos

Esta generación de fotógrafos aparece referida en numerosos textos críticos como un grupo de autores 'inquietos', creadores preocupados tanto por la situación social y política de su país como por la adecuada representación de una realidad que, desde el mundo institucional, se prefería esconder. Con su brillante trabajo se convirtieron, tanto ellos como sus obras, en verdaderos iconos de la fotografía española.

La nómina de fotógrafos seleccionados es intencionadamente extensa. Se ha optado por presentar en lugar de obras aisladas, un abanico suficiente de imágenes que permitieran ofrecer una visión completa del quehacer del propio fotógrafo, a la par que la panorámica de conjunto resumiera las principales inquietudes de esta generación cumbre de la fotografía española.

La figura de Francesc Català-Roca, el más importante fotógrafo de su tiempo y el primero al que se le otorga el Premio Nacional de Artes Plásticas, introduce la exposición. Considerado el puente entre la vanguardia anterior a la guerra y la nueva vanguardia documental, da paso a la siguiente generación, abanderada por Ramón Masats, iniciador del reportaje, el provocador y desmitificador Oriol Maspons y la sutileza de Leopoldo Pomés y Ricard Terré. El universo intimista de Paco Gómez, la introspección personal de Cualladó, la fiereza antropológica de Sanz Lobato y la radicalidad de Carlos Pérez Siquier conviven con el trabajo de fotógrafos como Virxilio Vieitez y Manuel Ferrol que apostaron por la sencillez y la falta de pretensiones, que con escasos medios se convirtieron en los mejores reporteros y documentalistas al retratar a seres anónimos en imágenes de intensa fuerza dramática que destilan verdad. Esta poética de la realidad, tan múltiple y heterogénea, es la guía que ha pergeñado esta exposición.

La segunda vanguardia fotográfica española

Con razón se ha considerado a esta generación de ruptura como la más influyente en la vanguardia fotográfica española, junto a la que se desarrolló durante los años de la II República.

Frente a la fotografía pictorialista, contra el preciosismo decorativista y en las antípodas del folclorismo pintoresco que el régimen de Franco construye al servicio de los valores espirituales que propugna, los fotógrafos de los años cincuenta y sesenta son conscientes de que nada hay más 3 alejado de la exaltación patriótica, ceremonial y edulcorada que la España real, cuya condición social se relegaba intencionadamente de toda manifestación artística.

Desde algunas sociedades fotográficas pioneras, impulsoras de boletines y revistas especializadas, el nuevo realismo documental se abre paso, ya no solo como crítica a los salones oficiales y a la añeja estética pictorialista, sino desde un deseo de renovación tanto del lenguaje y de la técnica, abierta a las nuevas corrientes europeas, en la que el realismo, la documentación antropológica y una nueva mirada más audaz y más directa, cercana al fotoperiodismo, se imponen al preciosismo que postulaban los concursos oficiales.

El lenguaje conciso, directo, la composición atrevida y el empleo muchas veces de luces y claroscuros violentos, lejos de las recomendaciones de la ortodoxia, acaban por romper con todo convencionalismo. Y de esta ruptura surgirán nuevas preocupaciones plásticas al acortarse los límites entre ficción y realidad, al asomar temas intemporales y al proclamar la personalidad creativa ilimitada de la fotografía.

Artistas representados

Francesc Català-Roca (Valls, Tarragona 1922- Barcelona, 1998); Toni Catany (Llucmajor, Mallorca, 1942); Joan Colom (Barcelona, 1921); Gabriel Cualladó (Massanassa, Valencia, 1925); Manuel Ferrol (Cabo Vilano, La Coruña. 1923-2003); Eugeni Forcano (Canet de Mar, Barcelona. 1926); Paco Gómez (Pamplona, 1918- 1998); Ramón Masats (Caldes de Montbui, Barcelona, 1931); Oriol Maspons (Barcelona, 1928); José Miguel de Miguel (Cartagena, 1916-Valencia 1988); Xavier Miserachs (Barcelona, 1937 - 1998); Nicolás Muller (Orosháza, Hungría, 1913 - Andrín, Asturias, 2000); Carlos Pérez Siquier (Almería, 4 1930); Leopoldo Pomés (Barcelona, 1931); Rafael Sanz Lobato (Sevilla. 1932); Ricard Terré (Sant Boi de Llobregat, Barcelona. 1928 - Vigo, 2009); Virxilio Vieitez (Soutelo de Montes, Pontevedra, 1930 - 2008).

Fundación Foto Colectania

Las obras proceden en su totalidad de la Fundación Foto Colectania de Barcelona. La selección de las fotografías presentes en la exposición ha requerido un importante esfuerzo, dado que más de la mitad son copias de época (vintage), y las copias modernas han sido realizadas bien por el propio fotógrafo, o bien por profesionales elegidos por ellos, lo que la convierte en una colección rigurosa e impecablemente documentada.

El discurso expositivo, el planteamiento visual y museográfico han sido creados en exclusiva por el equipo de Cultural Cordón. Además de las 124 fotografías, se incorporan diferentes materiales documentales, como revistas y publicaciones originales en las que aparecieron impresos por vez primera el trabajo de esta generación irrepetible.