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Cristina del Campo plantea una doble propuesta, la primera bajo el título LOS OBJETOS QUE NOS RODEAN acogida en el espacio expositivo del Observatorio del Arte, donde reúne una serie de obras a modo de muestra de lo que realmente es la pintura de esta joven creadora, de su trayectoria. Incluye así algunas de sus obras más importantes, realizadas desde el año 2006 hasta el 2008, en las que el objeto y una especie de naturaleza muerta personal y contemporánea son el tema principal que perciben. En palabras de la propia artista, “la exposición se divide en dos series, la formada por bodegones basados en determinados objetos y espacios recurrentes, objetos y espacios actuales, y la serie formada por representaciones repetidas pero diferentes basadas en la misma imagen de un banquete, formando un todo”.

... 0cm 0pt">La naturaleza muerta bajo el lenguaje de Cristina puede ser entendida como un lugar, un “site”, en donde lo objetual y lo humano se interrelacionan. La necesidad de que se produzca una situación de ausencia de figura humana representada para que una obra sea considerada naturaleza muerta, se contrarresta con el hecho inevitable de que los objetos representados en toda naturaleza muerta aludan al sujeto, ya sea de manera directa o indirecta. Detrás de todo objeto hay una presencia latente del sujeto colectivo.

En esta ocasión Cristina ha adquirido el espacio que le ofrece el interior del Molino de mareas de Santa Olaja, donde ha elaborado una serie de obra ex profeso para la sala bajo el título MÚLTIPLES COPIAS. Después de descubrir el espacio y el entorno del Molino, en pleno corazón del Parque Natural de la Marisma Joyel, Cristina se ha centrado en uno de los objetos que componen el ingenio mecánico del molino, el rodete, rueda metálica situada en la parte inferior del molino encargada de recibir la salida de agua de la presa y otorgar movimiento al resto del mecanismo. Basándose en la imagen del rodete ha realizado una serie de pinturas de pequeño formato, que representan de manera recurrente, una y otra vez, esa misma imagen, convirtiendo esa representación del objeto en una especie de icono a través de la repetición. A través del título de la exposición MÚLTIPLES COPIAS, intenta transmitir la idea de que la obra sería en este caso el propio rodete, el objeto en sí mismo, y las representaciones del mismo no serían obras, sino sólo copias de la obra original.

El orden y la estabilidad en la obra de Cristina son los responsables de ir creando un sentimiento del espacio en el que las masas de color ejecutan la composición de sus obras. Se trata de una obra que transita entre el expresionismo abstracto pero acompañada de elementos como manchas, colores, trazos que intentan reconocer algo inexistente. En palabras de la propia artista “para mí lo importante es que la pintura cuente algo también sobre el artista”.