“No es solo que este hombre dé la impresión de no creer en nada, es que delante de él uno se siente culpable de creer en algo. Insinúa casi a su pesar, que nada es puro, que todo es sórdido y que no se puede permitir una ilusión
(…)
Recuerden que una interpretación no se agota jamás el signo, y que la polisemia es un pozo sin fondo de donde nos llegan ecos infinitos: Una palabra no se agota del todo jamás. Ni si quiera una letra, como pueden ver” (Fragmento de La séptima función del lenguaje, Laurent Binet)
En el terreno de la ambigüedad de los signos, apelando a la subjetividad del espectador. Los conceptos se configuran en una dimensión donde los límites se vuelven difusos y las interpretaciones se generan desde el ámbito personal.
La muestra Los restos de mi ceguera, reúne una serie de obras al óleo en gran formato, formulando...tejidos y simulando pizarras. Piezas que conviven en sus diversas connotaciones a partir de la relación del autor con su propia patria, cuestionando así, los rezagos de una educación colonial y ahondando en una identificación con el pasado precolombino y el paisaje de su lugar natal.
La relación de estas propuestas surge de un proceso intuitivo y de una conciencia sobre el impacto de la globalización en las formas de relacionarnos socialmente. En ese sentido, la artista hace uso de signos propios del lenguaje escrito para intentar deshacer las formas convencionales de comunicación textual. Es un acercamiento formal y personal de afrontar su presente en constante oposición a los medios y al consumo de información.
Entrada actualizada el el 18 ago de 2017
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