La lógica colonial propone la construcción de “un ciudadano nuevo mestizo y sin memoria”1 como resultado de los cambios estructurales de la civilización. Este supuesto implica una relación con la imagen y con el lenguaje (la cartografía, la historia, la educación, la polí- tica, y seguiría una larga lista) colonial que se mantiene en el cotidiano sudaca, lo que Cusicanqui llama Colonialismo interno. Partiendo de este lugar, me propongo construir en Montevideo el inicio de un mapa hecho a partir de narraciones y memorias, en encuentros colectivos con personas migrantes y afros que habitan el territorio. Con ello, intento comprender desde aquí dónde empiezan las fronteras invisibles del lenguaje y de la cartografía en torno a la construcción de la imagen y del relato del cuerpo del otro; y cuáles son los flujos que interrumpen y atraviesan estas fronteras. ¿Cuáles son los cuerpos cuya memoria disuelve la historia?