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Carlos Llavata es un artista que conjuga con fluidez la acción, el vídeo, la cerámica y las nuevas tecnologías. Es un creador que está muy alejado de la obsesiva intención de dar al arte una función exclusivamente expositiva. El proceso es determinante para la compresión de su trabajo pero, al mismo tiempo, el espacio es parte esencial de la obra de arte al estar diseñada, por completo, bajo el concepto de “site specific”, cuya traducción sería la de obra creada para un lugar en específico teniendo muy presente las condiciones arquitectónicas y sociales que se vinculan directa o indirectamente al lugar. Hay un complejo y laborioso análisis previo que pone de manifiesto el interés por indagar en las relaciones entre entorno, artista y un tipo de obra de arte objetual en algunos sentidos pero conceptual en muchos otros.

... style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt">Esta propuesta se puede abordar desde numerosos ángulos e incluso puntos de vistas en apariencia contrapuestos y es esta diversidad la que le hace extremadamente atractiva. Es un compendio de procedimientos que se ha dividido o más bien organizado en tres fases y cuyo cómputo total supera el mes de duración donde arte y vida se mezclan por completo. No obstante, dentro de toda esta compleja estructura hay un elemento que llama la atención y es la introducción de una cámara IP que permite retransmitir la construcción y posterior acción por Internet a cualquier parte del mundo las 24 horas del día. Este aspecto es, en cierto sentido, novedoso o al menos poco usual pues las acciones son disfrutadas en directo por un reducido número de personas o bien, a posteriori, lo que vemos en los medios de comunicación o en los museos son grabaciones que no dejan de ser documentos que nos relatan hechos pasados y lógicamente están vacíos de sentimientos, de espontaneidad e incluso de los temores propios de quien asiste a este tipo de eventos. Hoy en día la inserción de las nuevas tecnologías posibilita y obliga a que las obras de arte se adecuen a los nuevos tiempos y nos permiten que un hecho tradicionalmente aislado se convierta en un evento de proporciones globales.