El Museo de Obra Gráfica de San Clemente, acoge a partir del próximo miércoles 10 de octubre en su espacio vitrinas, la exposición temporal Material-mente, del artista, diseñador, ilustrador y publicista Juan Vidaurre. En el año 2015 la Fundación realizó otra exposición del mismo autor titulada Objetos Recortes que estuvo expuesta en las sedes de Cuenca y San Clemente. Con esta nueva exposición de vitrinas el artista quiere mostrar algunos de los objetos que quedaron entonces sin exponer y otros nuevos que ha realizado recientemente.
La exposición Material-mente, estuvo expuesta en la sede de Cuenca, hasta hace pocos días, y ahora dado el éxito de la misma se traslada a San Clemente donde permanecerá hasta el próximo 13 de enero. En la exposición Material-mente, Juan Vidaurre, nos muestra su conexión directa con artistas como Joan Brossa, Ramón Gómez de la Serna o con el propio Antonio Pérez y sus Objetos Encontrados....Vidaurre ensambla objetos y los saca de su contexto original, otorgándoles una nueva lectura, una nueva realidad y una nueva dimensión, convirtiendo sus objetos en transmisores de e ideas y por tanto en poesía visual.
«Dice Juan que todos los objetos tienen un alma. Y me acuerdo de Tito Muñoz, el poeta, que dice que él tiene un alma... ¡y está cargada!. Las almas las carga el diablo. Las de los objetos, ese diablillo que es Juan Vidaurre, que descubre en ellos lo que no se ve, que está ahí, pero que alguien tiene que señalarlo.
Juan juega con los objetos como si fueran palabras. Hace pareados de rima asonante y atronante, paseando por los recursos retóricos como lo hacen los poetas: propone metáforas, como cuando convierte un muelle en el humo de una pipa; dibuja aliteraciones con fichas de dominó; susurra alegorías cuando troca en notas musicales las bridas del electricista, o con los lápices que son las patas de una silla o los colmillos de la calavera...
De estos epigramas objetuales lo que de verdad me atrapa es que no hay concesión a la pomposidad y se mide bien para ser comedido en lo trascendente, no hay recreación innecesaria en la belleza formal que alcanza, sí, pero por la sencillez. En las piezas de Juan hay mucho de juego, en el sentido de lo inteligente pero también en el de la travesura. Esa otra pipa imposible que acaba siendo la pierna de mujer, la pareidolia en la guitarra que corona con una peineta de juguete... todo son travesuras. En las que muchas veces una pequeña obsesión por el azar –los naipes que son pájaros, los dados...– se deja entrever, porque también el azar es juego.
Pero no hagan mucho caso de todo esto. A estas piezas hay que acercarse con la curiosidad de un niño, para descubrir las chanzas que esconden y el espíritu un poco burlón que proponen.
Y así es como más se disfrutan».
Álvaro Sobrino
Editor
Entrada actualizada el el 08 oct de 2018
¿Te gustaría añadir o modificar algo de este perfil?
