Centrada en el video, la obra de Prouvost se caracteriza por narrativas fragmentadas, la indagación sobre la relación entre imagen y texto y los estímulos sensoriales con los que involucra y provoca al público. La propuesta para el claustro del Laboratorio Arte Alameda se basa en la idea de trompe l'oeil, el mecanismo artístico utilizado para conseguir un efecto realista, una ilusión óptica del espacio. Si el video es el componente central en su obra, Prouvost presenta también una instalación en la que el sonido, el color y los objetos continúan sugiriendo imágenes y sensaciones. El espectador adquiere el lugar central en un escenario surrealista en el que se confunden ficción y realidad a través de un juego de percepción e imaginación.