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Miró y Picasso son dos de los artistas considerados como los padres de la pintura moderna. Miró, artista impresionantemente multidimensional y productivo, se situó como narrador de historias míticas y líricas. Poeta de las imágenes, cuyo lenguaje se caracteriza por signos y símbolos, con la luz y la carga metafórica que surge del subconsciente.

Nacido en Barcelona en 1893, se matriculó en la Escuela de Comercio con 14 años, a la vez que estudiaba en secreto en la Escuela de Bellas Artes y, posteriormente, en la Academia Galí hasta 1915. En 1920 se trasladó a París donde participó en los grupos artísticos de Montmartre y conoció primero a los dadaístas y después a los surrealistas, bajo cuya influencia empezó a configurar una forma especial y personal de pintura. André Breton, fundador del movimiento surrealista, lo describió como 'el más surrealista de todos nosotros'.

En 1921, presentó su primera muestra individual en París, y diez años después la primera exposición individual en Nueva York.

En 1929, contrajo matrimonio con Pilar Juncosa, con la que tuvo una hija, Dolores, y tres años después regresó a Barcelona. Se dedica a la escenografía y diseña vestuarios para los Ballets Russes, la compañía de ballet de Sergei Diaghilev. Con el estallido de la Guerra Civil española en 1936, regresa a París con su familia. En 1941, el Museum of Modern Art de Nueva York organiza la primera retrospectiva del artista. Al año siguiente, regresa para instalarse en la casa familiar. En 1955 deja de pintar y empieza a trabajar en obra gráfica y cerámica. Al año siguiente, se traslada a Palma de Mallorca y trabaja en el taller que su amigo Josep Lluís Sert ha diseñado para él. Cuatro años después, retoma la pintura y expone en Estados Unidos y en Japón. En 1975, constituye la Fundació Joan Miró - Centre d'Estudis d'Art Contemporani. Miró murió el día de Navidad de 1983 en su taller de Palma de Mallorca a los 90 años.

El taller de Miró en Mallorca, parte del cual se presentará en la exposición junto con documentos, notas, mobiliario, objetos, etc. trasladará la atmósfera y el aspecto interno del modo de pensar de Miró. Las obras se remontan a 1908 (única pintura paisajística de sus inicios que ha sobrevivido) y abarcan hasta 1983. Sin embargo, la exposición que se presenta en Nicosia se centra en el Miró maduro de Mallorca y las obras creadas en el taller que su amigo, el arquitecto Josep Lluís Sert, diseño para él en 1956. Este taller representa un hito en la obra de Miró, porque es el lugar donde Miró revisaba su obra y su trayectoria hasta entonces y decidía emprender una nueva vía. Se trata de un período de infinita independencia y búsqueda constante.

Con las experiencias traídas de América y tras haber conocido a los pintores del 'Action painting', Miró vive ahora dentro del ambiente del 'Art informel' europeo. Está influenciado por las pinturas rupestres de la prehistoria, el arte del Lejano Oriente, de su propia región, la tradición popular catalana y la técnica musical dodecafónica. Su entusiasmo por abordar nuevos campos queda patente en su propia técnica artística: manchas, salpicaduras, flujos, elementos gráficos, tinturas, grietas, suturas, clavos, cuerdas, uso de elementos aleatorios, de gestos violentos, persistente profundización en la expresividad de los materiales. Sus temas incluyen figuras simbólicas surrealistas de bioformas: la mujer, pájaros, paisajes, la esfera celestial, el sol, la luna, las constelaciones.